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Recorrido

Descenso a una domus romana

Roma alberga bajo su pavimento innumerables yacimientos arqueológicos, entre ellos algunas de las antiguas “domus” de los patricios romanos que actualmente pueden apreciarse en un recorrido multimedia que retrotrae al visitante al ocaso del Imperio. La muestra se sitúa en los sótanos del renacentista Palacio Valentini, en las proximidades de la romana Plaza Venecia, un edificio que actualmente ejerce de sede de la provincia de Roma y de la Delegación del Gobierno de Italia. En el año 2004, cuando este edificio estaba en pleno proceso de rehabilitación, los operarios descubrieron entre sus cimientos los restos de dos villas construidas entre el siglo II y IV d.C y que se extienden por una superficie de 1,800 metros cuadrados. En la actualidad, los restos arqueológicos han sido objeto de un elaborado proyecto interactivo diseñado por el divulgador científico Piero Ángela y su equipo. El recorrido comienza con un descenso entre fotocopiadoras y cajas apiladas, hacia el sótano de este edificio institucional, donde el visitante se ve de pronto caminando sobre un suelo de metacrilato a través del cual se aprecian dichas ruinas. Durante la hora y media que dura la ruta el visitante podrá apreciar sus termas y sus preciosos mosaicos, señal de que las villas eran propiedad de algún rico patricio, sus pavimentos polícromos, parte de sus escaleras, sus muros derruidos e incluso un pedazo de calzada romana. El recorrido dispone de una guía de luz y de audio, y un preciso sistema de proyecciones gracias al cual el espectador puede comprender, de un modo didáctico, los gustos y el modo de vida de aquellos romanos. Inmerso en la penumbra de la gruta y por obra de la tecnología, será testigo de cómo los muros recobran su color, las bañeras, hoy polvorientas, se llenan de agua y en sus estancias vuelven a resonar las risas y las confesiones de un pasado ya lejano. Una especie de ilusión que pronto desaparece ante los ojos del espectador, que ve cómo los muros ceden, las termas se vacían y la casa queda sumergida en el silencio en el que han permanecido casi dos milenios.

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