POR SALUD RENAL

Detención oportuna del daño renal

La insuficiencia renal crónica es considerada una pandemia que afecta aproximadamente al 10% de la población adulta. Destaca que a pesar del incremento en la incidencia y prevalencia de la insuficiencia renal crónica terminal, la mayoría de los sujetos con estadios tempranos de la enfermedad renal crónica no es diagnosticada ni tratada de manera oportuna. La detención oportuna del daño renal crónico en grupo de alto riesgo permitiría establecer medidas para detener o retardar la progresión de la falla renal. Aunque en estos momentos el Ministerio de Salud Pública está destinando muchos recursos al tratamiento de la insuficiencia renal crónica terminal. Pese a las mejoras que hay en las tecnologías de las terapias de reemplazo renal, los pacientes con fallo renal continúan presentando un número de mortalidad significativamente alta y una calidad de vida disminuida. Necesitamos que las sociedades médicas y universidades se involucren en la prevención de las enfermedades renales, realizando investigación y logrando estadísticas mediante tesis, prácticas de investigación de poblaciones escogidas estadísticamente para disponer de datos propios y poder compararlos con poblaciones de otros países. Para detener el alarmante crecimiento de la epidemia de la insuficiencia renal crónica y disminuir los costos de tratamiento, la tendencia actual en todo el mundo, particularmente en países en desarrollo, es la prevención. Es importante hacerlo, especialmente en atención primaria, poniendo atención puntual a los pacientes diabéticos e hipertensos que constituyen la causa más frecuente de insuficiencia renal crónica. Estos demandan tratamiento dialítico o trasplante. En lo que respeta a los infantes, es importante señalar que los niños deben controlar sus esfínteres a los tres años, si son adiestrados de forma adecuada. Si después de esta edad, los niños siguen mojando la cama o su ropa interior, sus vías urinarias deben ser investigadas porque aunque en alrededor de un 50%, hay motivos psicológicos involucrados, se debe descartar un proceso infeccioso y/o una malformación congénita de vías urinarias. A continuación una lista de elementos que dañan los riñones: 1. Alimentos: el exceso de alimentos ricos en proteínas animales, como las carnes, huevos, visceras y productos lácteos. El exceso de condimentos químicos, grasas, margarinas conservas y alto contenido de sales. 2. Bebidas: agua clorada de las tuberías, bebidas con azúcar y con gas o hechas de productos artificiales, bebidas alcohólicas excepto de vinos tintos, así como el café y el té tomados en exceso. 3. Tóxicos: tabaco y drogas. 4. Medicamentos: todos los que son excretados por el riñón, los anti-reumáticos (aines), antibióticos, medios de contraste... 5. Productos tóxicos: inhalados en su fabricación o uso de pinturas, fábricas donde se producen metales, plásticos, barnices y toda clase de productos químicos para la agricultura que se inhalan en insecticidas para tratar las plantas etcétera. Hilda LafontaineDirectora médica de Fundación Baquero

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