Atrévete, acércate

Los fantasmas asustan más de lejos que de cerca. Leí la anterior afirmación no recuerdo dónde. De lo que sí estoy seguro es que contiene una verdad que compruebo constantemente. El temor nos paraliza. Nos impide alcanzar aquello que anhelamos con el corazón. El solo hecho de pensar en que no seremos suficientes o que eso que queremos nos mueve el piso bloquea todo bosquejo de materialización. Sin embargo, ¡es tan terapéutico enfrentar lo que nos intimida! Cuando lo tenemos en frente y somos capaces de enfrentarlo, advertimos que no era tan grande como pensábamos o no tan difícil como lo visualizamos. Y es que la valentía no es ausencia de miedo, es la acción que te permite, a pesar del miedo, dar el frente a lo que queremos y debemos hacer. Me ha pasado en innumerables oportunidades. La más reciente fue con la presentación de mi informe de pasantía para optar por mi segunda licenciatura, esta vez en Psicología Clínica. El solo hecho de imaginarme enfrente del jurado y someterme a su escrutinio simulaba tumbar en mí la capacidad que yo sé que poseo. El día llegó. Expuse mi trabajo y obtuve la máxima calificación. Al final de unos pocos minutos se consumió casi un año de postergación. ¿Cuánto tiempo llevas posponiendo tu vida, tus anhelos y deseos? ¿Cuál o cuáles son tus fantasmas? ¿Cómo los imaginas? ¿Han permanecido mucho tiempo contigo, te han hecho creer que no puedes alcanzar tus objetivos? ¿Le temes a perdonar, a reclamar lo que es tuyo, o simplemente ir tras esa carrera que siempre soñaste? Te reto a que te acerques y seas capaz de mirar tus fantasmas, en la medida en que te aproximes te darás cuenta de que no son tan grandes. ¡Inténtalo!