No soy neutral

Una adolescente me preguntó cuál era mi posición sobre el aborto. Le dije que no estaba de acuerdo y le pregunté que cuál era la suya. Me respondió que ella es “neutral”. Le expliqué que la neutralidad, en un tema como ese, no existe. Que sería igual que estuvieras presenciado un asesinato y dijeras que eres neutral. Le hablé mucho rato y ella me escuchó. Lo que no sé es si se atrevería a decir frente a sus compañeros de escuela que condena el aborto porque podría parecer atrasada y sé que ninguna adolescente quiere escuchar que la califiquen así. Por eso muchas salen embarazadas. Curiosamente, esas gestaciones en casi niñas fue uno de los alegatos del Poder Ejecutivo en su ponderación ante el congreso para que se modifique el Código Penal y se permita el aborto. Mezclaron los casos de violaciones e incesto con el problema de los embarazos en adolescentes. Traté de entender el punto. Estaríamos diciendo que, como no somos capaces de educar a los adolescentes sobre la responsabilidad que conlleva sostener relaciones sexuales, les vamos a abrir una puerta para que también evadan las consecuencias de su comportamiento. Así él, o la, bebé pagará con su vida el crimen del violador o el error de sus padres. Asimismo, escuché hablar de sentido humano y de los derechos de las mujeres a un trato digno y a la defensa de su integridad física. ¿Ese derecho no corresponde, también, a las mujeres y hombres que aún no nacen? Todos nosotros, antes de venir a este mundo, fuimos un embrión cuya permanencia dependió de una mujer, muchas veces, ante circunstancias adversas. En mi caso, por ejemplo, nací después de una guerra,la de Abril de 1965, y del nacimiento de una hermana que solo me lleva 11 meses. Conmigo somos cuatro hembras, de un total de cinco hermanos. Y la que nació antes que yo, además, tuvo una salud débil. El aborto pudo ser una opción para mi madre, y le agradezco que me dejara nacer. Por eso, no puedo hacer como la adolescente que quería saber lo que yo pensaba sobre este tema y decir que soy neutral. No lo soy. No seré indiferente al hecho de que se pretenda legalizar la muerte de inocentes, aunque, por eso, parezca atrasada. Con lo valiosa que es una sola vida, acepto pagar ese costo.