Prevención de problemas renales

El fallo renal crónico es el cese progresivo, lento e inexorable de todas las funciones de los riñones. Entre las funciones de los riñones cabe destacar la eliminación de todos los productos de desecho del metabolismo de nuestro cuerpo, y de los alimentos que ingerimos así como también la eliminación del exceso de agua y de sal que ingerimos en un día, de tal forma que por esta vía y la producción de una pro hormona conocida con el nombre de renina, ayudan en la regulación de la tensión arterial. Tienen que ver, además, con mantener el control de la producción de glóbulos rojos, mediante la producción de una hormona que se conoce con el nombre de eritropoyetina. Entre otras funciones de importancia cabe destacar la producción de otra hormona que tiene que ver con el metabolismo óseo mineral que mantiene nuestros huesos fuertes y sanos. Cuando todas estas funciones se deterioran, lo cual acontece progresivamente, entonces sobreviene el fallo renal crónico, que se caracteriza por una constelación de signos y síntomas que se conocen con el nombre de síndrome urémico, en donde la anemia, el edema o hinchazón, el empeoramiento de la tensión arterial, los síntomas gastrointestinales, las afecciones de huesos, las lesiones neurológicas y las complicaciones infecciosas y cardiovasculares terminan ocasionando la muerte, si no se instaura un tratamiento que sustituya las funciones de los riñones, con soporte de tratamiento biológico. CausasEl fallo renal puede ser producido por la diabetes, la hipertensión arterial, las infecciones recurrentes, causas genéticas como el caso de la poliquistosis renal, causas inmunológicas como el lupus sistémico y otras glomerulopatías (compromiso de lo glomérulos: unidad fisiológica del riñón) de esta índole, cálculos renales que ocasionan oclusión de las vías urinarias y en este sentido destacan las uropatías obstructivas.