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OJO CON LA VISTA

Quemaduras oculares

Las lesiones químicas oculares pueden ser originadas por dos tipos de agentes: ácidos y álcalis. Las lesiones por ácidos afectan la superficie ocular y generalmente se detienen al combinarse con las proteínas de la córnea, por lo que su daño es limitado. Los álcalis penetran el tejido ocular, por lo que el daño es mayor y causan efecto hasta que sean retirados del ojo, por lo tanto crean una mayor lesión a largo plazo. Los ácidos quedan más limitados a la superficie ocular porque coagulan las proteínas de la córnea. Las quemaduras químicas pueden tener lugar cuando una sustancia irritante entra en el ojo. Inclusive las sustancias ligeramente irritantes pueden provocar un dolor intenso y daño en el ojo. Como el dolor es tan grande, se tiende a tener los párpados cerrados, con lo cual la sustancia queda en contacto con el ojo durante un tiempo prolongado. La quemadura química ocular se trata lavando inmediatamente el ojo abierto con agua. Este tratamiento debe ponerse en práctica incluso antes de que llegue el personal médico capacitado. Aunque una persona pueda tener dificultades para mantener el ojo herido abierto durante este tiempo por el dolor que causa el lavado, es fundamental eliminar el producto químico lo antes posible. El médico puede comenzar el tratamiento instilando gotas de anestesia y una medicación para mantener la pupila dilatada. Los antibióticos en general se usan en forma de pomada. También puede ser necesario recurrir a los analgésicos orales. Las quemaduras graves pueden requerir tratamiento por un oftalmólogo para preservar la visión y evitar complicaciones mayores, como una lesión en el iris, la perforación del ojo y la deformación de los párpados. Sin embargo, incluso con el mejor tratamiento, las quemaduras graves de la córnea pueden derivar en la formación de una costra, perforación del ojo y ceguera.

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