Una combinación

“Nuestras vidas son canciones. Dios escribe las letras y nosotros la música que queremos, y la canción se hace alegre o triste, según el compás que hayamos imaginado para ella”. Ella Wheler Wicor. Es increíble lo complejo que es el ser humano, y las habilidades extraordinarias que posee para convertirse en lo que desea ser. Somos una combinación de lo palpable y lo esotérico, y una amalgama de lo fugaz y lo eterno. Poseemos un espíritu de adaptación a las circunstancias que nos da la vida, y un poder de readaptación que nos devuelve y reafirma a la realidad, después de vivir tiempos muy dolorosos o muy felices. ¡Cuántos dones recibimos del Creador! Seguimos a paso acelerado el ideal de alcanzar prestigio y ganar dinero a través de logros académicos y éxitos empresariales, y al final entendemos que somos más que un currículum, y que necesitamos más que un arca llena. Exhibimos con orgullo trajes hermosos con prendas doradas, y al terminar la fiesta descubrimos que debajo de ellos escondemos almas deshilachadas y corazones destartalados por pesares y desalientos. Eso somos, esas canciones con letras de Dios, pero con acordes musicales inventados por una musa, que con frecuencia se nutre de ligereza y boato. “Estoy en medio del que soy y del que tú quisierasÖ”, dice Ricardo Arjona. Somos una combinación de muchas cosas que nos hacen misteriosos y asombrososÖ Somos lo que queremos ser, o lo que otros quieren que seamosÖ Aprovechemos pues ese hermoso don y esos talentos que nos permiten poner a nuestra canción una tonada que, al partir, no solo nos haga únicos en el recuerdo, sino eternos en el corazón de los que nos conocieron.