Kairós
“Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”. El acontecimiento salvífico que se realiza por medio del Hijo, que ha venido de parte de Dios y que vuelve a él a través de la cruz-exaltación es un misterio que ha sido revelado a nosotros de una manera cruenta. No existe mejor forma de comprender esta revelación que mediante el Enviado, Jesús de Nazaret, que ha dado su vida en rescate por todos nosotros. ¡Alabado sea Dios! La cruz ya no es lugar de la máxima humillación, sino que se convierte en signo de la elevación.

