MIS APORTES
¿Cansados de esperar?
Siempre esperamos algo. Esperamos que la gente cambie, que el sistema mejore, que nos aumenten el sueldo, que nuestras vidas fructifiquen, que los deseos más profundos de nuestro corazón se realicen, que la vida nos sonría. Puedo seguir mencionando un sinfín de esperas que tenemos en nuestras vidas; ahora bien, ¿por qué no volteamos la espera en gratitud? A fin de cuentas, agradecer te da una plenitud de gozo y esperar en cierta forma lo que te produce es ansiedad. Ansiedad moderada en algunos casos, esperanzada en otros, y desesperada en otros más. Pero a fin de cuentas es ansiedad. Si cambiamos nuestra forma de vivir, asimilando que ya tenemos suficiente, y agradecemos a Dios por todas las maravillosas bondades de nuestras vidas, comenzaremos a ver virtudes elementales como esenciales para la plenitud de gozo, como la salud, entonces así nos llenaremos de gracia feliz al conocer la misericordia del Padre en concedérnosla, sin pedirnos nada a cambio, nos dará, en resumen esa grata paz incomprensible y plena que solo los que perseveran en el pensamiento de Cristo Jesús encuentran en sus vidas. He comprendido de muchísimas maneras que la virtud que gozamos cuando tenemos salud, es poquísimo apreciada por nosotros, dándola por sentado, sin entender, a menos que en un arrebato del devenir de la existencia se esfume, y allí, es que nos percatamos cuan dichosos somos cuando gozamos de esta magnífica virtud, que sólo nuestro Padre Celestial nos ofrece a cambio de nada. Dejemos de esperar. Comencemos a agradecer. Tener un corazón agradecido llena y nos mueve a reverenciar nuestro Padre de múltiples maneras. Colaborando con Él, gozándonos en su palabra y llevándole el mensaje a quien aun no han percibido la luz.