PIENSO Y LUEGO ACTÚO
Crónica de una mujer engañada
Sí, lo hizo. ¡Qué mal! Fue desastroso ese momento en que él bebió de otra fuente; ya te enteraste, y estás destrozada y te sientes indignada. ¿Cómo es que pudo hacerte eso?, ¿cómo fue capaz de traicionar tu confianza? Sí, él me ha traicionado; quisiera gritar hasta que mi voz salga ronca, quisiera agredirlo con mis palabras, devolverle parte de este dolor, quisiera que él también lo sienta, quiero herirlo también. Han pasado varios días, mis heridas aún no empiezan a cicatrizar. Disimuladamente veo su rostro y puedo percibir su tristeza, ¡está preocupado, parece estar arrepentido, como si se hubiera dado cuenta de que me ha hecho sufrir y de que él sufre también! ¡Oh, Dios! ¿Qué puedo hacer? Tengo la opción de terminarlo todo, eso que un día con tanta ilusión comenzó. Puedo irme y no volver, pero quizás sufriría más, él también y, además, ¿qué me garantiza que con otro no suceda lo mismo? ¿Qué haré? Siento que él está arrepentido, y si es así creo que merece otra oportunidad y si no lo está, no vale la pena intentarlo, pero ¿qué lo llevó a eso? Sería que yo descuidé nuestra relación, aunque no por eso lo voy a justificar. Nos daremos otra oportunidad, buscaremos ayuda y con Dios lo superaremos.