SABOR Y SABER
El “gancho” de las letras pequeñas
Las estrategias que usan los comerciantes de toda clase de productos para atraer a clientes, pueden llegar a ser, en muchos casos, una trampa para los consumidores, por tanto, la desconfianza puede ser un arma que nos ayudaría a no caer en un “gancho” (señuelo, anzuelo, engaño…). Esas letras pequeñas que traen los contratos, préstamos o compras a crédito, que definitivamente la gente no acostumbra leer, sea por prisa, necesidad de adquisición o la confianza que deposita en la empresa o persona con quien firma, les recomiendo que deberían comenzar a leerlas, porque esas casi ilegibles cláusulas, que muchas veces no se leen por una presión subliminar que ejerce sobre el cliente la persona que le está atendiendo, pueden ser la clave para que usted decida si en realidad le conviene o no el trato. Jamás firme sin estar enterado del más mínimo detalle, pues con su firma se compromete a “cumplir”. Cuando se instalan programas en las computadoras, siempre sale un cuadro de diálogo donde se le pide que lea en su totalidad los términos del contrato o licencia y que marque en una casilla si los acepta o no, con esto la empresa proveedora se protege de posibles demandas. Al marcar la casilla “aceptar”, estás firmando tal cual si fuera de puño y letra. Generalmente, le dan a aceptar sin leer, porque se confía en el programa, lo que puede traer consecuencias tarde o temprano, aunque no es lo frecuente, pero de no funcionar como se esperaba, no tendrían derecho a reclamar