REFUGIO
No, no, no
Lo peor del capitalismo es que la gente se cree de verdad que existe la “propiedad privada”. Tanto, que se está seguro de que un pedazo de tierra, al cual se le denominó parqueo, en realidad nos pertenece. Y me refiero al tema, a propósito del hombre que asesinó a otro por un estacionamiento, un “chin” de tierra que en realidad no es de nadie. De este hecho hay muchas cosas que lamentar, y me uno al dolor de ambas familias. Una tristeza que les acompañará el resto de sus vidas. No soy quién para juzgar y Dios sabe por qué suceden las cosas; sin embargo, no es la primera vez que suceden estos tipos de problemas. Yo vivo en un residencial y una de las inquilinas del edificio del frente se estaciona a veces en el parqueo de mi vecina. Cuando hace esto, su espacio se queda vacío. Sin embargo, cuando alguien se estaciona en el de ella, que está desocupado porque ella está en otro que tampoco le corresponde, la señora, que usa falda larga y todos los domingos pone la radio a todo volumen con una predica cristiana, y que, según ella es evangélica, le escribe notas de insulto y se lo pega en el vehículo de la persona. Esta mujer, que refleja con sus acciones todo lo contrario a Dios, su actitud antisocial ha llegado al punto de la intolerancia. Y es que la vida es muy corta para estar complicándosela por algo que en el fondo no tiene tanta importancia como es la vida misma. Señores, es que cuando nacimos vinimos a este mundo sin nada, “encueritos en pelota”, y todo lo que viene a partir de ahí es ganancia. Dios mío, y es que las cosas como que van como de mal en peor, nos comportamos peores que “Soda Margarita”, la perrita de mi mamá. Volvimos a la etapa salvaje, que la intolerancia es tan grande que nos cegamos ante cualquier acción. Y como dice un amigo “Dios mío, mátame nunca”, porque estar vivo si es bueno, estar en paz con una misma y con el entorno. Libre de preocupaciones, sin esos apegos a nada material, incluyendo nuestro cuerpo. Vamos a hacer un alto, a respirar y a poner en orden de importancia algunos aspectos de la vida: los hijos, la familia, la salud, el bienestar, y deje de apegarse a un parqueo, una grapadora, un papel, un lapicero, un carro... Porque son esas pequeñas cosas que nos hacen ser seres infelices. “La mejor vida no es la más larga, sino la más rica en buenas acciones”, Marie Curie.
