Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

TERCER CAMINO

Una madre mala

Avatar del Listín Diario
Lavinia del VillarSanto Domingo

No hay ofensa más grande, ni expresión más denigrante para una mujer, que ser llamada “mala madre”. Sin embargo podemos aceptar, y hasta resulta gracioso, que nuestros hijos nos tilden de “madre mala” cuando no les damos lo que quieren, o no les permitimos hacer cosas indebidas. Particularmente yo tuve una “madre mala” porque no me dejaba hacer lo quería, sino lo que debía. Si señor. No me dejaba ir al río que era lo que más me gustaba dizque porque era peligroso; no me permitía andar descalza por el vecindario dizque porque me enfermaba; me obligaba a leer y a estudiar dizque para que en el mañana fuera una persona educada; quería saber donde estaba en todo momento y con quien me juntaba dizque para protegerme de las malas influencias; me obligaba a decir la verdad dizque para que aprendiera a ser honesta; me vestía a la antigua dizque para que fuera en el mañana una mujer con decoro; y para remate en una ocasión me quitó de las manos una novela de Vargas Vila dizque porque era muy fuerte para una niña de 10 años, después que ella misma me enseñó el gusto por la lectura. Decir malas palabras, faltarle el respeto a maestros, personas mayores y vecinos, era un no no para ella, dizque por lo de valorar la familia y los amigos. Era como vivir en un gobierno dictatorial en el que todas las direcciones llegaban al camino que ella decía era el del bien, los valores y la moral, cosas que poco me importaban en ese entonces. Llegué a pensar que no me quería porque no me daba mis gustos, y siempre se salía con la suya dizque para que fuera en el futuro una persona íntegra, palabra que por mucho que me explicaba no me hacía ninguna gracia. No sé realmente si a sus ojos su objetivo se cumplió, pero hoy me siento satisfecha y orgullosa de haber tenido “una madre mala”. Gracias por siempre querida madre… Descansa en paz Ana Delia Jorge.

Tags relacionados