ANIVERSARIO
Cumple 100 años “como el primer guandul”
Un día como hoy, en 1911, hace 100 años, vino al mundo Juan Gregorio Cuevas Rosario. Nació en el seno de una humilde familia en la ciudad de Santo Domingo. Su padre era descargador de barcos en el muelle, y lamentablemente quedó huérfano de madre a los 6 años de edad, cuenta con lucidez, quien en esta fecha festeja un siglo de vida. Relata que fue criado por sus tíos, quienes le enseñaron el oficio de zapatero. Al respecto, expresa con una amplia sonrisa que, “he vivido los cueros a plenitud, pues soy zapatero”. Resalta que trabajó la mayoría de sus años en la zapatería de sus tíos, ubicada en la Zona Colonial, donde aún se hacían y se reparaban calzados. Sobre su niñez, argumenta con regocijo que se la pasó corriendo descalzo en las calles de Santa Bárbara “atrapando mariposas”. En su juventud practicó béisbol, y recuerda que lo hacía donde hoy se encuentra el Palacio Nacional, que entonces era un terreno amplio y vacío. No obstante, llegó al tercer grado de básica, y asegura que le gustaba leer mucho. “Todo lo que me caía en la mano me detenía a leerlo”. Su familia primaria estaba compuesta por cinco hermanos de padre y madre, de los cuales es el único que aún vive. Además tiene siete hermanos de padre y es el mayor de todos. Con solo 20 años de edad, contrajo nupcias con Esperanza Hernández, quien fue su novia de toda la vida y con quien pasó 65 años hasta el momento de su muerte. En total, procreó 11 hijos; uno de ellos llamado Juan Pablo Cuevas Hernández, quien fue redactor de LISTÍN DIARIO. Tiene 40 nietos, 67 bisnietos y 6 tataranietos. Por esa descendencia es que dice que “tener familia ha sido para mí una de mis más grandes riquezas”. Se fue a vivir a Estados Unidos en 1961, donde aún reside, sin renunciar a la ciudadanía dominicana. A pesar de los años, presenta una lucidez increíble. No fuma ni ingiere bebidas alcohólicas y no presenta problemas de salud graves. “Siempre he creído en Dios y el amor, el respeto y la honradez han regido mi existir”.