LAS TRADICIONALES TINAJAS
Vasijas de barro para decorar
EN LA CIUDAD SE EMPLEAN LAS TINAJAS PARA AMBIENTARPATIOS Y JARDINES. BIEN UBICADAS, SIRVEN COMO PUNTO FOCAL DEL LUGAR
Las neveras habrán tomado su lugar en la mayoría de los hogares, pero aun así las tinajas se resisten a desaparecer. Sí. Esas vasijas de barro cocido y de gran tamaño que, empotradas en una mesa con abertura redonda, conservaban fresquecita el agua de tomar en casa de nuestras abuelas, siguen teniendo gran utilidad. Su nuevo reino, al menos en la ciudad, se extiende a los espacios exteriores. Así lo señala Magalys Tejeda, de Alfarería Ignacio, una empresa de Manoguayabo con 40 años de experiencia en la fabricación de este tipo de vasijas. Las tinajas, que a diferencia de los jarrones suelen ser de gran tamaño, son requeridas por familias de clase media o alta que desean dar un toque tradicional a sus jardines y no se conforman con los tarros o ánforas. Una tinaja estratégicamente ubicada, combinada con plantas, rocas o fuentes, sirve de punto focal en el patio. La diseñadora de interiores Cristina Dipré asegura que por ser una pieza anti-gua y estar tan de moda ese tipo de objetos, las tinajes siguen siendo un elemento importante “aunque claro, con otro uso. Anteriormente la utilizábamos para almacenar el agua de tomar, pero desde hace un tiempo su presencia sirve sólo para adonar espacios exteriores de la casa”, puntualiza. Las tinajas pasan del campo a la ciudad Según la diseñadora de interiores Cristina Dipré, el uso de las tinajas en la decoración es un recurso muy valioso, ya que preserva la cultura campesina dominicana, aunque no sea con la intención para la cual fue concebida. Como decoradora dice que la colocación de una tinaja o varias en un jardín o patio da un aspecto de frescura, de tradición y de campo. “Es más, hay quienes la utilizan con éxito hasta en un rincón de la cocina o en una terraza con- tigua a la cocina, y de verdad que si la saben colocar se ven muy bien”, comenta Dipré. Aunque entiende que cada quien las coloca de la forma que prefiera, lucen muy bien cuando son puestas al descuido, sumando belleza y frescura a alguna planta o fuente. Las hay de diferentes tamaños, estilos, colores y diseños para complacer cada gusto. Elaboración Magalys Tejeda, de Alfarería Ignacio, comenta que debido a los diferentes pasos que conlleva la fabricación de una tinaja, el costo de producción de ésta supera el de cualquier tarro. Por eso, empresas como la alfarería en la cual labora no las producen en grandes cantidades para distribuirlas a otros comercios como las tiendas por departamentos, sino que las venden directamente al cliente. Hacer una tinaja, explica, cuesta lo mismo que hacer cinco o seis tarros. De modo que, para ornamentar la casa, muchos clientes prefieren comprar varios tarros en lugar de adquirir una sola vasija con la misma cantidad de dinero -que ronda los 400 pesos. DecorativasAunque suele encontrarse en el color original del barro, pintar la tinaja es una opción que la hace aún más atractiva cuando tiene fines ornamentales. El arte no se queda atrás. El año pasado, Pinturas Tropical y el Grupo Corripio desarrollaron un proyecto de artesanías mediante el cual pusieron a disposición de los coleccionistas tinajas pintadas por el maestro Guillo Pérez. PROCEDENCIA DE ESTAS VASIJAS Según la Real Academia Española, la palabra tinaja procede del latín “tinacula”, que significa “tina”. Las vasijas de barro solían usarse en la antigu¨edad, no sólo para reservar agua, sino también para conservar y transportar otros líquidos como aceite y vino.