Padres rigurosos

Al criar adoptamos ciertos métodos disciplinarios que conllevan riesgos de convertirse en diversos tipos de trastornos. Todo padre anhela lo mejor para sus hijos, pero como no trae un manual, puede errar en su aplicación como es en el caso de progenítores rigurosos que intentan asiduamente que su hijo sea perfecto en todo cuanto hace. De lo contrario se sienten fracasados. Le recriminan al punto de avergonzarle juzgando su actitud como inadecuada, sin advertir que son conductas propias de su etapa. No trate de convertirles en una máquina perfecta. Es un ser humano especial. Motívelo a lograr éxito y a trazarse metas dentro del marco de lo posible, pues no siempre será el primero ni el mejor. Cuando no encaje dentro de su expectativa no pase por alto el esfuerzo que hizo para que no le genere tensión, angustia, confusión ni problemáticas como “trastorno del sueño o alimenticio, agresión, tic nervioso, rebeldía, etcétera”. Evítelo, sea flexible. Si usted fue criado con este esquema, examínelo. No reproduzca lo dañino. Guíe, supervise y déjelos ser.