FOLCLOREANDO
Santo Domingo y RD
Cuando Noris Céspedes estaba corrigiendo el libro “Reseña histórica del folklore dominicano”, que editó el Ministerio de Cultura, me hizo la observación de que doña Edna, su autora, mencionaba el nombre Santo Domingo en varios capítulos del libro, refiriéndose al país y me sugirió que consultara algunos historiadores. Ya había preguntado a la autora en una entrevista que le hice, por qué su libro Folklore infantil de Santo Domingo tenía ese título si la investigación que hizo fue en muchos pueblos del país. Me contestó regalándome un escrito de M. de J. Troncoso de la Concha, que fue publicado en la revista Clío y del cual copiaré textualmente algunos párrafos: “Santo Domingo es el nombre de la nación, o del país, o del pueblo, si se quiere. Republica Dominicana es el nombre del Estado. El primero se aplica a la extensión geográfica que ocupamos y al núcleo social que la habita; el segundo a la organización política adoptada por el pueblo dentro de esa extensión geográfica. Es la misma distinción que se debe establecer entre Francia y la República Francesa; México y los Estados Unidos Mexicanos”. “Se debe decir, por tanto, el clima de Santo Domingo, las montañas de Santo Domingo, las costumbres de Santo Domingo, el base-ball en Santo domingo, la poesía en Santo Domingo y así igualmente todas las veces que mencionamos algo relativo a la naturaleza del país o que es característico o peculiar del orden social de la nación. Debemos, en cambio, decir las leyes de la República Dominicana; el Presidente de la República Dominicana; los tribunales de la República Dominicana; y así siempre que nos referimos a todo aquello que se deriva de nuestras instituciones políticas. Por las mismas razones sería impropio decir la Suprema Corte de Santo Domingo (en vez de la Suprema Corte de la República dominicana) o el arzobispo de la República Dominicana (en vez del arzobispo de Santo Domingo). La Universidad no se llama de la República Dominicana, sino de Santo Domingo, porque no es una institución política, sino social y cultural”. Todas las personas residentes en el exterior, incluidos los dominicanos ausentes, dicen Santo Domingo para referirse a nuestro país.