TABÚ
Tras bastidores
EXISTEN PROHIBICIONES PARTICULARES EN CADA CULTURA
Las sociedades, como una forma de perpetuarse en el tiempo y mantener la cohesión, crean sus propios mecanismos reguladores de la conducta humana. Estos mecanismos ayudan a mantener el orden y evitan que las sociedades se autodestruyan. La transgresión a las pautas establecidas se paga de dos formas: por la vía legal, cuando la violación a la norma produjo o puede producir algún daño a otro individuo, y por el rechazo social, en el caso de que la norma quebrantada atente contra las costumbres de esa sociedad pero no origine daño directo a otros. La regla cuya transgresión conlleva consecuencias legales se llama ley. Aquella cuya violación se traduce en el rechazo y exclusión social, sin consecuencias legales, se conoce como tabú. El historiador y antropólogo José Guerrero define tabú como una palabra de origen polinesio que significa ‘prohibido’. Esta, según explica, fue acuñada por los antropólogos a finales del siglo XVIII, para referirse a la prohibición de actos, objetos o palabras consideradas como sagradas, cuyo incumplimiento implica delito o sanción moral. “La función del tabú es obligar a las personas a compartir una norma de comportamiento, sin importar que tenga resultados racionales o no”, señaló el historiador. La sociedad dominicana, como muchas otras, posee tabúes que son comunes en la mayoría de las culturas occidentales. Pero también cuenta con sus propias prohibiciones, muchas producto de un sincretismo cultural y religioso que llevamos en la sangre aunque les demos la espalda. Otras son producto de la transculturización consecuencia de un mundo más conectado. Los tiempos cambian, las sociedades cambian, esto es un vistazo a aquello que está tras el telón. Historias contadas en la piel De acuerdo con el tatuador Amaurys Medina, la mayoría de las personas que acude a su negocio decide hacerse un tatuaje por algún motivo sentimental. “Para ellos, el tatuaje viene siendo como un rito de paso. Una marca que simboliza un momento importante en la vida de esa persona”. La moda, señala, es otro motivo para hacerse un tatuaje. “Pero casi siempre vienen sabiendo lo que quieren”. Para Amaurys, la Internet ha ayudado mucho en la difusión y aceptación del tatuaje. “Eso y el hecho de que muchos actores y personas influyentes del medio tengan uno”, aunque reconoce que para muchas personas de la sociedad dominicana, el tatuaje sigue siendo un tabú. Por dentroSegún explica el antropólogo Carlos Andújar, el hombre, desde que entendió que lo estético produce un placer contemplativo adicional, comenzó a intervenir su cuerpo con el objetivo de ser admirado por los demás miembros de su comunidad. “Placer en observar una cosa bonita. Esta razón fue una de las propulsoras de las primeras intervenciones corporales”. Andújar ubica el origen de este tabú en la época de la Conquista. “En la moral cristiana traída por los españoles, el cuerpo pasa de ser un valor estético a ser una fuente de rechazo moral. Es vedado, punible, está excluido de todo y no se debe enseñar, no se debe mostrar, no se debe intervenir y no se debe manipular”. Los tatuajes, como una forma de modificación corporal, tienen una determinada lectura e interpretación que va a depender de la referencia y el antecedente social de la persona que decodifica el mensaje. El sociólogo Carlos Castro definió el tatuaje como un adorno que puede ser sugerente, atrevido, desafiante o rebelde dependiendo de quién lo use y el lugar donde se encuentre. Además, argumentó que el tatuaje es mal visto en nuestro país porque en un momento fue usado, casi exclusivamente, por los presidiarios, las prostitutas y personas de dudosa reputación. El sociólogo aconseja: “Se debe respetar los derechos del individuo siempre y cuando sean prácticas que no afecten a la comunidad”. “De forma autoritaria se le quiere imponer a la gente que se vista o se comporte de una determinada forma sin tomar en cuenta, ni respetar, que estamos en un mundo diverso”, recalcó. La sicóloga Amaura Florentino se refirió a los tatuajes como “una forma de llamar la atención”. “El tatuaje y las perforaciones transmiten una simbología agresiva, conflictiva, si se quiere. Aunque también existe una diversidad de lecturas. Todo va a depender del entorno social donde se desarrolle el individuo”. Van de la manoVladimir Medina, especialista en perforaciones corporales, indicó que las perforaciones o “piercing” se hacen para llamar la atención, querer algo diferente, sentir dolor, moda, o verse, a su juicio, más atractivos. Las partes del cuerpo donde usualmente se perforan son las orejas, la nariz, la lengua, las cejas, la barbilla, los pezones, el ombligo y en casos más inusuales, la espalda, el clítoris y el glande. “Ah, y si se fijan, quien tiene un tatuaje tiene un piercing. Casi van de la mano”, mencionó. Carlos Andújar sostiene que las perforaciones son más provocativas, rechazadas y desafiantes que los tatuajes porque “hay un cruce andrógino debido a la concepción que tenemos de que los aretes son usados por las mujeres”. Asimismo, “el daño infligido al cuerpo es mayor, o por lo menos más visible, yendo contrario a nuestro instinto primario de alejar el dolor”. “Una persona seria no se mide por lo que se ve, sino por lo que hace”, suspira, a manera de conclusión, Amaurys. MUCHO CUIDADO CON LOS TATUAJESUn tatuador que no es escrupuloso con la higiene de los instrumentos puede provocar desde infecciones locales hasta transmitir, de unos clientes a otros, enfermedades como herpes, hepatitis, sífilis e incluso sida. Las alergias al pigmento son comunes. Principalmente las causan los verdes a base de cromo, los rojos que contienen sulfato de mercurio y los azules ricos en cobalto. También los colores amarillos pueden desencadenar fotoalergias.