SÍNTOMAS

Cuando socializar es amenazante

UN ANSIOSO SOCIAL TEME A VERSE EXPUESTO ANTE LOS DEMÁS, SEA AL HABLAR EN PÚBLICO O PARTICIPAR EN UNA ACTIVIDAD

En mayor o menor grado, todos hemos experimentado ansiedad ante momentos de socialización, ya sea al hablar en público o al evitar determinadas situaciones o actividades en las que nos sentimos incómodos o amenazados. Esto sin embargo no quiere decir que todos padezcamos ansiedad social, ya que según los expertos, hay una serie de criterios que deben cumplirse para obtener ese diagnóstico. La psicóloga y terapeuta familiar Miguelina Pérez de Vargas, explica que la ansiedad es una experiencia común a todos los seres humanos, “probablemente hemos utilizado otros términos para hablar de ella como nerviosismo, tensión, o miedo a hablar en público”, dice. Añade que los estudiosos de la conducta consideran a la ansiedad como la respuesta de pelea o huida ante el peligro. Ansiedad socialMás allá de cualquier ansiedad puntual está la ansiedad social, trastorno que se presenta como una ansiedad de anticipación si la persona se ve enfrentada con la necesidad de participar en una actividad social que normalmente evita. Pérez de Vargas detalla que se trata de la sensación de impotencia e incapacidad de enfrentarse a eventos o situaciones que considera amenazantes como el exponerse a circunstancias en que los demás pueden analizarle. La ansiedad social es un patrón de conducta que puede utilizarse como mecanismo de defensa para no experimentar una situación o para negar situaciones que pueden tornarse dolorosas o amenazantes para el ego. Algunos síntomas que se presentanLa psicóloga Miguelina Vargas afirma: “Quien padece la ansiedad social no quiere ser descalificado, pero no siempre se trata de una persona con problemas de autoestima, sino de alguien que quizás sufrió alguna experiencia descalificante en un grupo social que apreciaba”. Un ansioso social teme a verse expuesto ante los demás sea al hablar en público, participar en una actividad social en la que deba ser el centro de atención, comer en un restaurante o hasta al celebrar su propio cumpleaños. Ante una situación amenazante, sea esta real, psicológicamente molesta o imaginaria, estas personas tendrán una respuesta que se manifiesta con pensamientos y síntomas físicos como sudoración, mareos, temblor, aumento del ritmo cardíaco, evitación y escape. ¿Es ansiedad social o timidez?“No queremos que las personas comiencen a diagnosticarse y a asumir que tienen ansiedad social”, explica la psicóloga y terapeuta familiar Miguelina Pérez de Vargas. Añade que cuando se describen condiciones como esa se suele generalizar y con ello muchos podrían entender que tienen una condición clínica, “pero en realidad hace falta la intervención de un especialista y un análisis profundo del paciente para dar un diagnóstico”, comenta la experta. No se debe confundir alguna ansiedad puntual con la ansiedad social. No es igual que las personas padezcan en algún momento miedo o aprehensión ante alguna actividad social en específico que temer al contacto con grandes grupos en todo momento que esto ocurra. Tampoco es lo mismo ansiedad social que timidez. DiferenciasNo es lo mismo ansiedad social que timidez. La ansiedad social es un patrón de comportamiento complejo caracterizado por sentimientos de tensión asociados a eventos que una persona teme enfrentar o en los que teme participar. En cambio la timidez es la tendencia de la persona a sentirse incómoda, inhibida y torpe con otras personas en todo momento. La persona tímida es cautelosa: no se arriesga a equivocarse, a ser rechazada o a resultar inadecuada sea ante una persona o ante mil. “Ambas condiciones se diferencian por el impacto y consecuencias que tienen en la vida. La ansiedad social afecta más la vida familiar, social, laboral de la persona que la timidez”, apunta Pérez de Vargas. El ansioso social no participa en grupos sociales o si lo hace, se mantiene aislado y sólo atiende a controlar su ansiedad. Este aislamiento limita su desarrollo. IniciosLa ansiedad social puede manifestarse como una conducta normal en la niñez. Según la experta, es normal que el infante se muestre cauteloso ante personas y lugares que no conoce presentando ansiedad ante lo extraño, así como ansiedad por separación respecto al lugar o las personas más cercanas a él. Esto se ve muy claro en la típica resistencia a ir al colegio. “Puede ser que estos síntomas crezcan en el niño y que los padres no lo noten o entiendan que todos los niños son así. Esto puede ser bien porque sea una familia muy controladora o bien muy aislada, también sucede cuando un niño es muy sobreprotegido, cuya familia evita exponerlo a grupos por distintas razones”, dice la psicóloga, y advierte que allí puede iniciarse la ansiedad social, la cual empieza a preocupar durante la adolescencia. Pero más allá del contexto familiar, en el trayecto por la vida habrá siempre factores que predispongan a la ansiedad social, entre ellos experiencias sociales que sean calificadas por el individuo como negativas o peligrosas para su autoconcepto. Así, tanto las vivencias de la persona como el entorno influyen. DesenvolvimientoLa vida social no es la única parte de la vida de este tipo de personas que se ve afectada, también su vida laboral sufre. Un ansioso social no podrá desempeñar posiciones laborales que tengan que ver con atención al público, servicio al cliente, orientación a grupos de personas, o cualquier posición de mucha interacción o contacto. Pérez de Vargas explica que para detectar a estos empleados las empresas les aplican un Test de Sociabilidad. Sin embargo, estas personas se desenvuelven bien en grupos pequeños, ambientes conocidos y situaciones donde no se sientan amenazadas. Se trata de actividades que requieran aislamiento, como trabajos de procesos internos alejados del público, con computadoras, atendiendo llamadas o en call centers, “todo eso dependiendo de otras competencias”, dice la experta. La hora de buscar ayudaUn ansioso social que desee buscar ayuda debe empezar ayudándose a sí mismo. Pérez de Vargas recomienda leer libros de autoayuda, ensayar en situaciones protegidas, interactuando donde se sienta en confianza en reuniones informales con sus compañeros de trabajo, familiares, amigos, vecinos, o en su grupo religioso. “En esos pequeños grupos se va desensibilizandose exponiéndose a grupos mayores gradualmente”, comenta. La familia y los amigos tienen en su poder una gran parte de la ayuda. Deben llenarse de tolerancia y motivar a la persona para que se supere o busque ayuda. Nunca criticarle destructivamente, ni empujarla a situaciones en las que no está preparada psicológicamente para participar. En caso de necesitarlo la persona deberá acudir a terapia, “donde se recomienda el aprendizaje observacional, el entrenamiento en relajación, la exposición gradual a situaciones sociales, el desarrollo de habilidades interactivas, entre otras técnicas”, concluye.

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