MEMORIAS DE VIAJES
Millas y puntos en mi plan de viaje
Mientras el presupuesto y la edad lo permitan, Madrid es el punto de partida de mis planes de vacaciones. Tengo en mira agregar una de dos opciones: Roma, la capital de Italia o Atenas, la capital de Grecia que resulta más barata, pero a causa de su grave recesión económica a cada dos por tres se arma un tumulto con heridos. No quisiera en tal momento encontrarme en el entorno, así que la descarto. ¡Me voy a Roma! He estado en ella un par de veces, pero con varios años de por medio. Y pese a que los monumentos son los mismos, el recuerdo se va desvaneciendo. Quiero recuperarlo. Pido información de hoteles y tarifas en Roma a Sonia Méndez en Prieto Tours, quien me ayudó a armar mi viaje del año pasado. Me sugiere el Hotel Diana, con excelente ubicación: a unos 15-20 minutos caminando hasta numerosos puntos de mi interés. Entro a la web y leo las buenas críticas externadas por muchos de sus huéspedes. Acepto. Estudio asimismo los tours para reservar aquellos que más me apetecen, en especial el paseo a Tívoli, donde nunca he estado. Mi horario lo acomodo entre un par de tours de medio día a monumentos, y un día entero totalmente por mi cuenta en el que pretendo deambular por el Trastevere a mi aire y sin horario. En cuanto al cruce del Atlántico en avión desde Santo Domingo, reservo en Iberia, tanto por tradición como por el trato amable de Ana Adela Vásquez, gerente comercial, que de antemano conoce qué asientos prefiero y qué desayuno pido para atenuar el jet lag. Y Amaury, siempre atento porque mis solicitudes se cumplan. Por el problema de mi hernia discal que puede problematizarse por las ocho o más horas de vuelo, viajo en Business Class. Así regulo la forma del espaldar y la altura del reposapiés de sus butacas, que son de tal manera reclinables que pueden colocarse en la posición de cama, aunque difícilmente duerma como mucho diez minutos. En el ínterin, mi hijo Ángel solicita al Banco Popular aplicar millas de su tarjeta de crédito para cubrirme la ruta de ida y vuelta. Le confirman entre Santo Domingo y Madrid en clase turista, así que del “upgrade” a Business Class me ocupo yo. Con el uso de las millas reduzco enormemente mis gastos y viajo con menos estrés de presupuesto. En cuanto a mi permanencia en Madrid la divido en dos partes. Una, a la llegada de Santo Domingo, con tres noches en un hotel en la Gran Vía. Otra, a mi regreso de Roma, con ocho noches en el Apartamento Recoletos, que ya conozco. Aprovecho para solicitar que los puntos que tengo en mi tarjeta Iberia Plus puede aplicarlos a dos noches en el hotel Menfis, de la cadena Sol Meliá. Está a unos pasos de la Plaza de España donde el día de mi llegada hay un Karaoke con canciones populares. Es una actividad que pretendo ver de lejos, y una de las tantas que se celebran por los 100 años de la Gran Vía, la más internacionalmente conocida arteria de España. Sólo confío que en las fechas de mis vuelos no haya huelga general en Madrid, como están en estos días amenazando los sindicatos, ni que tampoco se le ocurra al volcán Eyjafjallajˆkull, de Islandia, arrojar nuevamente cenizas al espacio aéreo de Europa. No quiero tener que sufrir retraso o posposición de vuelo, cierre de aeropuerto, o ausencia de taxis. ¡Me voy de vacaciones!