St. Thomas es un paraíso en las Islas Vírgenes

Al dar un paseo en helicóptero sobrevolando a St. Thomas, en las Islas Vírgenes, recordé la cinta animada sobre Pedro Pan (viendo un paisaje playero con aguas en docenas de tonos azules y esmeraldas y colinas vestidas de verde bajo cielos despejados). Uno pensaba que en cualquier momento se toparía con una laguna de sirenas, o un galeón pirata, como en la cinta animada. Las Islas Vírgenes norteamericanas, incluida St. Thomas, son imán turístico tanto para los viajeros que llegan por avión como los que vienen en barcos cruceros. St. Thomas es posiblemente el puerto de cruceros más popular del Caribe ñse cuentan con frecuencia nueve o 10 barcos en sus muelles en días típicos-, particularmente en el invierno y principios de cada primavera, la época más popular de cruceros en el Caribe. Con frecuencia llamada “el centro comercial del Caribe”, St. Thomas cuenta con cientos de tiendas y boutiques con ventas a precios de puerto libre en su capital Charlotte Amalie. Las tiendas, muchas en almacenes con techos rojos de la época en que la isla era posesión danesa (EE.UU. adquirió las islas en el 1917) otras en edificios en tonos suaves frente al mar, venden de todo. Hay un sinfín de mercancía importada: desde manteles bordados a loza fina, desde licor hasta perfumes, relojes, joyas y cámaras importadas. Pero los encantos de St. Thomas van más allá de las compras de puerto libre. Aunque es una islita pequeña ñde 32 millas cuadradasó, está dotada de gran belleza natural. Su puerto recibe a los pasajeros con el equivalente de una tarjeta postal: Colinas verdes, agua azul limpia, yates meciéndose con el movimiento del mar, plantas tropicales incluidas vistosas buganvillas y mar Pacífico. Playas hay hasta para hacer dulce. Magen’s Bay es posiblemente la más famosa, con arenas finas, aguas cálidas y un “anfiteatro” de colinas verdes ñaparece en la lista de las 10 mejores playas del mundo. Otras playas estupendas incluyen Sapphire Beach, Coki Beach and Morningstar Beach. “Llevamos cuatro días aquí y hemos ido a una playa distinta cada día ñcada cual más bella,” dijo Shirley Moore, una viajera de Chicago. “¡Nos quedan dos días más y seguiremos ‘coleccionando’ playas!”. Después de un rato en la playa, hay que ir a explorar las atracciones de la isla. Una muy popular es Skyride, un funicular que lleva a los visitantes a una altura de 700 pies sobre la ciudad de Charlotte Amalie para disfrutar de vistas panorámicas de la isla y el mar.