A Manuel y Alicia Custals

Hace 16 años, un Día de las Madres, iba rumbo a La Vega. Tenía seis meses de embarazo de mi hija Amelia. Al leer el periódico El Nacional de ese día una noticia me paralizó y me marcó para siempre. Fue la muerte de Ronne Giscard de los Santos Custals, un adolescente tierno, buen estudiante, buen hermano, buen sobrino, buen hijo. ¡Quería devolverme hacia la Capital! Llamé a la casa, a la funeraria y no tomaban los teléfonos. ¿Para qué iba a llamar si sus padres, literalmente, no estaban allí?, estaban perdidos en ellos mismos. Fue un duro golpe, lo sé. Luego tuve impotencia, no quería llegar a ellos. Nunca me ha gustado dar pésame, ni que me lo den, con la presencia me basta. Pero era el hijo de personas queridas, que compartimos en el Ballet de la UASD y quería estar con ellas, aunque en ese momento ni siquiera les importara mi presencia. Me presenté a la última misa que oficiaron en la iglesia Santo Cura de Ars y de allí me dirigí a la casa de doña Tatica, madre de Alicia, para acompañarla en ese momento. Con Alicia y Manuel he hablado poco de esto. Quizás después de este escrito rompa el yugo de incontinencia que me ata y pueda liberarme. Nunca los he acompañado en la misa de recordación anual, siempre se lo he expresado a Alicia y sé que lo comprende, pero recuerdo esos momentos que viví, los cuales están latentes. Hoy hago un alto para elogiar a estos padres, ante este accidente automovilístico, causado por otro adolescente, quien, sin licencia de conducir tomó el vehículo de sus padres y atropelló la vida de Ronne Giscard. Esta experiencia les ha servido no para morir de rabia e impotencia, sino para fortalecer la unión familiar junto a su madre, hermanos, su hijo Leunam y su nieto Manuel Alejandro. Alicia, además de comunicadora se graduó de Psicología. No en vano trabaja con adolescentes, ha sabido orientar a los padres para que los hijos no se les vayan de las manos. Manuel de los Santos aprendió tanto de las injusticias que hasta se graduó de Derecho. Han pasado estos años, pero me alegra el concepto de familia que siempre han cultivado y el apoyo de mucha gente que aprecia su amistad y que le ha ayudado a fortalecer el espíritu. Un abrazo.