HISTORIA

‘Ana Frank, una historia vigente’

EL MUSEO DE LAS CASAS REALES PRESENTA UNA EXPOSICIÓN CON ESE TÍTULO

Cuando sus padres le obsequiaron un diario con motivo de su decimotercer cumpleaños, el 12 de junio de 1942, seguramente Ana Frank no sospechó el impacto que tendrían las palabras que registraría en aquella libreta. “Para alguien como yo es una sensación muy extraña escribir un diario -se decía entonces la adolescente-. No sólo porque nunca he escrito, sino porque me da la impresión de que, más tarde, ni a mí ni a ninguna otra persona le interesarán las confidencias de una colegiala de 13 años”. ¡Cuán equivocada estaba! Esas confidencias, publicadas por primera vez en 1947 y conocidas como “El diario de Ana Frank”, no sólo han sido traducidas a más de 60 idiomas, sino que han inspirado películas, obras de teatro y exposiciones. La más reciente de ellas, una muestra itinerante titulada “Ana Frank, una historia vigente”, se ha paseado por 145 ciudades llevando un mensaje contra la discriminación a través de la vida de la niña judía que nació en Alemania y murió víctima del Holocausto. Ahora le toca el turno a Santo Domingo. Desde hoy, por iniciativa de la Embajada del Reino de los Países Bajos y con el patrocinio de LISTÍN DIARIO, la exposición está abierta al público en la segunda planta del Museo de las Casas Reales. Inspirando a los jóvenesA través de 34 paneles con fotografías, datos históricos, extractos del diario y testimonios, la muestra busca motivar a la reflexión en torno a la necesidad de la tolerancia y el respeto a la diversidad como fundamento de una sociedad libre y democrática. “Los derechos humanos en muchos países siguen siendo una problemática. La única forma de progresar es tener una discusión abierta acerca de este tema”, expresa la embajadora del Reino de los Países Bajos, Rita Dulci Rahman, quien espera que la exhibición “sirva de inspiración a cada uno a su propia manera”. Aunque cualquiera puede sentirse inspirado, los organizadores ponen la mira en las nuevas generaciones. Treinta adolescentes de 14 a 18 años serán formados como guías de la exhibición. Ellos tendrán la responsabilidad de compartir el mensaje con sus contemporáneos, especialmente de escuelas y colegios. “La estrategia del proyecto es que sean los mismos jóvenes los que transmitan el conocimiento a los jóvenes”, dice Nicolás Obregón, coordinador de proyectos de Espacio Anna Frank, una asociación civil sin fines de lucro fundada en Venezuela. “La idea es el empoderamiento de los jóvenes”. Como parte de la exposición, a los visitantes se les sugieren diversas formas de promover la tolerancia, por ejemplo: superar los prejuicios, hacer a un lado la indiferencia, subrayar la importancia de la diversidad, organizarse y actuar, apoyar a las víctimas de discriminación y no respaldar manifestaciones que promuevan el odio. La intolerancia y la discriminación son hoy problemas tan actuales como en la primera mitad del siglo XX. La etnia, la religión, la nacionalidad, la orientación sexual y las discapacidades físicas son condiciones que despiertan prejuicios. “Hacer que haya tolerancia es una forma de que el mundo sea mejor y por eso su historia (la de Ana Frank) sigue vigente”, comenta Ana Yee de Cury, directora del Museo de las Casas Reales, institución de carácter histórico-didáctico. MÁS ACERCA DE ANA FRANKAna Frank nació el 12 de junio de 1929 en Fráncfort del Meno (Alemania) en el seno de una familia judía. Tras el ascenso al poder de Adolf Hitler y la aprobación de leyes antisemitas, la familia de Ana se muda a Holanda. Pero cuando los alemanes ocupan ese país, los Frank se esconden en una vivienda ubicada en la parte trasera de un negocio de su propiedad. Allí, en “la casa de atrás”, se ocultan por dos años durante los cuales la pequeña Ana, quien quería ser escritora y periodista, redacta su diario. En agosto de 1944 los ocupantes del escondite son descubiertos y enviados a campos de exterminio. En uno de ellos murió Ana en marzo de 1945. Otto Frank, padre de Ana y único sobreviviente de la familia, publicó el diario de su hija y se dedicó a promover los ideales de la muchacha que el 15 de julio de 1944 escribió: “Es un milagro que todavía no haya renunciado a todas mis esperanzas, porque parecen absurdas e irrealizables. Sin embargo, sigo aferrándome a ellas, pese a todo, porque sigo creyendo en la bondad interna de los hombres”.

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