LA GENERACIÓN
La delincuencia juvenil, un problema de todos
AFECTA LA SEGURIDAD SOCIAL E IMPIDE UN DESARROLLO PSICOLÓGICO NORMAL
Los atracos y robos a manos de niños entre 12 y 17 años son alarmantes. Lo que antes resultaba extraño escuchar por los medios de comunicación es hoy el protagonista de los principales titulares; la delincuencia juvenil, una triste realidad que arropa el país. Un perfil que trasluce una incapacidad emocional, de sentir amor, respeto, compasión por el prójimo, sus ojos irradian atrocidad, su mirada odio y deseo de aplastar, es lo que percibes al entrar en contacto con un joven declarado “ladrón” por necesidad. Solo se identificó como El Lobo, 14 años de edad, argumenta ser un delincuente por necesidad; según explica sus padres viven en el campo y son de escasos recursos por lo que no lo pueden ayudarlo económicamente “vine a Santo Domingo hace dos años a estudiar, vivía con una tía y cuando se dio cuenta que estaba en malos pasos me votó de su casa” agregó. Una muestra clara de las consecuencias de la desintegración familiar. Años atrás podría parecer increíble, pero hoy es parte de la cotidianidad. Niños y niñas en etapa de formación te despojan de lo que construiste en años, te golpean si es necesario y tan solo en un abrir y cerrar de ojos, aprietan el gatillo quitándote la vida, al parecer sin ningún cargo de conciencia. La República Dominicana es escenario de atracos, robos, enfrentamientos entre bandas, donde impera la inseguridad y el desasosiego; la impotencia de no poder hacer nada te agobia y te lleva a la desesperación. “Se vive una inseguridad desesperante, porque los asaltos en los puntos comerciales no cesan, te despiertas por la mañana y conoces de un atropello, y al otro día, sin acabar la pesadilla del día anterior, te encuentras con otro caso similar”, expresó Juan Carlos, víctima un atraco en un carro público por jóvenes de cuales pudo notar su minoría de edad. CausasBiológicamente la delincuencia no se hereda, pero ciertamente hay alguna inclinación física y biológica que favorece la disposición hacia la criminalidad combinado con otros elementos. Psicológicamente los delincuentes presentan conflictos internos, en los cuales incluso se puede llegar a hablar de que padecen de esquizofrenia. Sociológicamente también se puede dar esta actitud por la combinación de las anteriores con el ambiente en que se encuentra el delincuente, con desigualdades sociales, o por racismo, o por desintegración familiar, además de la estigmatización que se le hace a ciertos jóvenes por el simple hecho de ser de otras etnias”, por consumo de drogas y/o alcohol. También la nefasta influencia de algunos programas de ciertos medios de comunicación o videojuegos que favorecen el crecimiento de la violencia. ViolenciaDado que la violencia intrafamiliar es una experiencia de aislamiento brutal para los niños, resistirla y buscar ayuda puede también resultar ser un ejercicio solitario y difícil de concretar. Sufrir cualquier tipo de maltrato involucra un uso indebido del poder y un abuso, por parte del agresor, a la confianza del niño; todo esto empuja al jovencito a buscar nuevas aguas, irse de la casa, acción que en la mayoría de las veces desencadena acoger vicios y actitudes ilícitas. La familiaComo pilar de toda sociedad la familia tiene la responsabilidad de asignar elevada prioridad a las necesidades y el bienestar de los jóvenes, a fin de ayudarlos a su formación. La educaciónEs muy importante lograr que los jóvenes participen activa y eficazmente en el proceso educativo en lugar de ser estar expuestos a acciones ilícitas. Es preciso desarrollar actividades que fomenten un sentimiento de identidad y pertenencia a la escuela. DrogasCaer en la garras de la drogas es la consecuencia más directa que sufre un joven en las calles, estos por su condición de juventud son los más vulnerables. MEDIDAS DE PREVENCIÓN CONTRA LA PROBLEMÁTICA Deberá prestarse especial atención a las políticas de prevención que favorezcan la socialización e integración eficaz de todos los niños y jóvenes, en particular por conducto de la familia, la comunidad, los grupos de jóvenes que se encuentran en condiciones similares, la escuela, la formación profesional y el medio laboral, así como mediante la acción de organizaciones voluntarias.Esta parece ser la regla básica en materia de menores, a la que se debería dedicar mayores esfuerzos institucionales. La mejor manera de prevenirse contra la delincuencia juvenil es la de impedir que surjan delincuentes juveniles, para lo cual se requiere de adecuados programas de asistencia social, económica, educacional y laboral.