COSAS DE DUENDES

Una ayuda para que Dony cante de pie

Hace cuatro meses Dony Fabián, un joven de 19 años alegre y lleno de sueños, empezó a sentir una ligera molestia, una especie de flojera, en la rodilla izquierda. Esbozando una sonrisa, como asombrado de su propia ingenuidad, recuerda que se lo atribuyó a unos tenis nuevos que se había puesto y le apretaban un poco. Pero la molestia persistió y fue en aumento. Ya no era una sensación de flojera, ahora le dolía. Luego, también se afectó la pierna derecha de la que, al cabo de unas pocas semanas, perdió la movilidad. La familia del joven lo llevaba de un medico a otro, practicándole múltiples pruebas y estudios, tratando de detectar el origen del problema. Pero todo parecía normal. No obstante, apenas dos meses después de que Dony sintiera aquella ligera molestia que atribuyó a unos tenis, sus piernas perdieron toda movilidad y quedó en silla de ruedas. No puede caminar. Pasaron dos meses más de estudios y evaluaciones. Su tía Damaris me contó, entre lágrimas, que estaba considerando llevar al joven a un psiquiatra, porque entendía que tal vez podría tratarse de algo mental, cuando el doctor Jovanny Ureña Mejía detectó la razón de la invalidez de Dony: un tumor alojado en la médula. “Un caso muy poco común. Una de esas rarezas de la medicina”, le explicaron los galenos a la angustiada familia. La neuróloga Ana Robles quería operar de inmediato a Dony. Pero él no cuenta con los recursos para ello. Los médicos le ayudarán, a través de la “Fundación Doctor Juan Manuel Taveras”, y ninguno de los dos, tanto Robles como Ureña, cobrarán sus honorarios por la intervención. Pero, aún así, el costo de la operación asciende a más de 260 mil pesos con la particularidad de que esta cifra podría multiplicarse por dos porque, como el tumor está alojado en un lugar tan complicado, los médicos les explicaron que es probable que no puedan extraerlo completo en una cirugía y requiera de una segunda intervención. Además, tras la operación, ojalá sea una, vendrá un proceso de rehabilitación que requerirá medicación y terapia, un tratamiento costoso para el cual la familia tampoco dispone de recursos. Dony dice mirando a sus tías, su hermano y su mamá, que le rodean, que sabe que su situación es grave. Lo escuho y me asombra su entereza. Dudo mucho que algún diagnóstico pueda derrumbarlo porque su fe y su optimismo lucen inquebrantables. Cuando llegó al Listín, Dony traía sobre sus piernas una guitarra, prometió cantar y así lo hizo. Interpretó una canción cristiana acompañándose con el instrumento, como lo hace en la parroquia San Vicente de Paul. Cursó la secundaria en la escuela que lleva este mismo nombre y, cuando se sane, quiere estudiar música y componer, nos dijo. Mientras Dony habla, a su lado, llora sin pausa su madre Judith, cajera de un restaurante, quien enfrenta un embarazo de alto riesgo por contar con más de cuarenta años. Ella tiene un nudo en la garganta pero Dony sabe qué decir: ”Necesito ayuda. Quiero salir de mi problema para seguir adelante, poder estudiar, tener familia y no quedarme en una silla todo el tiempo.” Cuando se marchaba le dije que lo iría a ver cantar de pie. Él sonrió. Para ayudas tienen la cuenta 108587536 del Banco Popular.

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