FORMACIÓN

Nuevos aires en la escuela de Artes Visuales

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Alexéi TelleríasSanto Domingo

SANTO DOMINGO.- En esta semana, todos los miembros de la antigua Escuela Nacional de Bellas Artes tienen más de un motivo para celebrar. El primero, como es costumbre, se refiere a la exposición anual de fin de año que se realiza dentro de sus instalaciones, con la presentación de los distintos trabajos en artes gráficas, pintura, escultura y dibujo, según lo avanzado del programa formativo. La exposición está abierta para el público durante estos días. Pero otro aspecto importante, que ha venido felizmente a coincidir con esta actividad es el de que se le ha practicado a este lugar una remodelación completa en todos los aspectos, brindándole a los futuros artistas un espacio en el que puedan manifestar sus inquietudes creativas con altura. Nuevos aires se respiran en el edificio de la calle El Conde esquina Isabel La Católica, donde se encuentra el centro de educación en la plástica más antiguo del país. Otro cambio que se decidió asumir, en un guiño de referencia a “año nuevo, vida nueva”, fue el de nombre. Así, de Escuela Nacional de Bellas Artes, se pasa a “Escuela Nacional de Artes Visuales” (ENAV). Cambio del nombre Su director, el artista plástico Manuel Toribio, explica que la idea de este cambio de nombre venía discutiéndose desde que se empezó a forjar el Plan Decenal de Cultura, además del aspecto de “confusión” suscitado por existir varias instituciones que utilizaban el nombre de “Bellas Artes”, como la propia Dirección General y el edificio de las escuelas de música, danza y teatro. Continúa señalando que, posteriormente, la Secretaría de Cultura y el sistema nacional de formación artística especializada tomaron la decisión de iniciar el proceso de cambio. Toribio indica que, si bien en principio se decidió por Artes Plásticas, la propia dirección de la institución propuso que fuese artes visuales, en el caso de presentarse la eventualidad de la diversificación de la propia escuela. Y con este nuevo nombre, también llegan las novedades. Para empezar, y desde el pasado 2007, la Secretaría de Cultura dispuso el remozamiento de este edificio, construido hacia 1989 pero de inspiración colonial, el cual se finalizó recientemente. Su director comenta que los trabajos han sido un sueño de muchos de sus antecesores hecho realidad, agregando que la infraestructura estaba en “bastante deterioro”: desde la pérdida de la impermeabilización del techo hasta el colapso de las cañerías de agua, que fueron reparadas de raíz. Del mismo modo, la remodelación contempló la instalación de enrejados en las ventanas para proteger la infraestructura y de un pórtico en la entrada para prevenir el uso de la galería por indigentes durante la noche, los cuales solían dejar deposiciones a la entrada de la Escuela. FacilidadesOtro elemento es que también se inicia el cuarto año del programa de formación en artes plásticas, como parte del nuevo pénsum. Sin embargo, hay tres aspectos de vital importancia en esta remodelación, que no pueden dejarse fuera. El primero es el hecho de que se realizó un reordenamiento de la biblioteca –llamada “Frank Almánzar”- que estuvo encabezado por la técnica en Bibliotecología Rosario Duque, además de personal especializado traído desde la Biblioteca República Dominicana y un grupo de jóvenes estudiantes de bachillerato que utilizó así sus 60 horas de labor comunitaria. Esto permitirá, según explica Toribio, que la misma se convierta en un “referente de biblioteca especializada en artes”, hacia la cual todos los artistas dominicanos podrán dirigirse cuando necesiten realizar investigaciones bibliográficas. Igualmente se le ha dotado de Internet a alta velocidad. En segundo lugar, Toribio resalta la construcción de un salón de audiovisuales, “del que no se disponía”, dotado con asientos cómodos, proyectores, computadora y equipo de DVD,

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