DIETA

Saber comer se traduce en un corazón más sano

SANTO DOMINGO.- El refrán que reza “Eres lo que comes”, podría ser mucho más que pura y simple sabiduría popular. En estos tiempos en que las enfermedades cardiovasculares se han convertido en una epidemia, la alimentación adecuada es una puerta que se abre al bienestar y también a la prevención. Comer sano se traduce en un corazón sano y en beneficios integrales que a la larga extienden la expectativa de vida.

Según comenta el cardiólogo Rafael Pichardo, del Instituto Dominicano de Cardiología, se ha comprobado que el control del peso desde los 30 a 40 años detendría en un 25 por ciento la posibilidad de desarrollar dolencias cardiovasculares y diabetes.

“Sólo la dieta y mantener la tensión arterial controlada pueden añadirle de 5 a 10 años extra en la expectativa de vida de una persona con afección cardiovascular”, asegura el especialista, quien publicó recientemente un libro “Mis vivencias con los carbohidratos”, donde da consejos nutricionales para pacientes de síndrome metabólico y problemas del corazón.

ImportanciaLa alimentación adecuada es uno de los pilares de lo que se conoce como prevención primaria o modificación del estilo de vida para evitar las enfermedades cardiovasculares. A ella se unen la actividad física y el saneamiento mental: disminución de factores como el estrés, que aceleran la vida produciendo la liberación de adrenalina. Todo esto en personas que no han experimentado problemas del corazón, pero que están en riesgo.

Cuando se trata de personas que ya han padecido un evento cardiovascular, trátese de un infarto al miocardio, un ataque de angina o un accidente cerebrovascular, debe iniciar de inmediato una dieta que Pichardo califica como “muy exigente”. Esto podría ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Régimen guiadoSi un paciente ya tuvo un infarto, tiene enfermedad coronaria o cualquier otro problema, las Guías Internacionales de Orientación Clínica establecen que su nivel de colesterol total no deberá pasar de un estándar de 180 miligramos en sangre, aunque el ideal es 160 miligramos”, comenta el médico.

Quienes aún no han padecido este tipo de eventos pueden llegar a los 200 miligramos, sin pasarse.

Definir lo que debe comer o no una persona con problemas cardiovasculares debe ser indiscutiblemente definido por su cardiólogo, nutricionistas y endocrinólogos, pues deben ser tomados en cuenta factores como su peso corporal, su nivel de colesterol, triglicéridos y azúcar y si el paciente padece alguna afección metabólica.

La obesidad, factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares Las enfermedades cardiovasculares tienen diferentes factores de riesgo como la hipertensión arterial, los problemas de grasas, los niveles de colesterol en sangre, el hábito de fumar y otros dos que están muy relacionados con la alimentación: el sobrepeso y la obesidad.

El estudio Efricard, publicado en el 2000 por el Departamento de Investigación del Instituto Dominicano de Cardiología (IDC) y un grupo de la Sociedad Dominicana de Cardiología, es la última investigación que se ha realizado para analizar la incidencia de esos factores de riesgo en la población dominicana a partir de una muestra de 6,185 pacientes.

Según los datos, el sobrepeso, en base a un Índice de Masa Corporal (IMC) de 25 a 30 unidades, estuvo presente en el 29 por ciento de los pacientes, mientras que la obesidad, estudiada en base a un IMC superior a las 30 unidades, fue el resultado para el 15% de los hombres y el 17 por ciento de las mujeres.

A nivel regional, en Latinoamérica el subestudio de Interheart, publicado el año pasado por Lamas y S. Yusuf, “demostró que la obesidad fue el principal factor de riesgo para el desarrollo de un primer infarto al miocardio, siendo la presencia de la misma en cifras variables según los países entre un 15 y un 35 por ciento”, se lee en el libro “Mis vivencias con los carbohidratos”, del cardiólogo Rafael Pichardo.

El problemaEn países en vías de desarrollo, incluído el nuestro, “comemos poco globalmente, pero por otro lado comemos mal en la distribución, con exceso de grasa y sobre todo de hidratos de carbono, harinas y féculas”, explica en su publicación, Pichardo. El menú dominicano por excelencia se compone de arroz, frijoles, víveres, pastas, pan y otros alimentos junto a los vegetales y dulces.

Conozca cual es su necesidad nutricionalEste consumo desmesurado de grasa, según el cardiólogo Rafael Pichardo, conlleva un exceso calórico que induce al sobrepeso y a la obesidad. No olvidemos que esta última es causada por el aporte calórico superior al gasto energético del cuerpo. “Hay que saber que por cada 9.3 calorías ingeridas en exceso se almacena un gramo de grasa que se incorpora al tejido y las células adiposas”.

Pero el tener algunas libras de más no indica necesariamente tener colesterol alto, que ha sido durante los últimos cuarenta años el principal culpable -junto a la presión alta y el hábito de fumar- el artífice del desarrollo de la epidemia de enfermedades cardiovasculares e infartos.

El libro de Pichardo explica en su segundo capítulo que en una persona obesa el principal problema es el aumento de fracciones de las lipoproteínas de baja densidad, que conlleva al aumento de los triglicéridos, los cuales sí se acumulan contribuyendo a la formación de ese indeseado tejido adiposo. Triglicéridos son más que grasas provenientes de los carbohidratos.

Es por esta razón que en ocasiones una persona con sobrepeso no tiene altos niveles de colesterol, y cree entonces que no tiene que preocuparse por el corazón o el ataque vasculocerebral. Esto es absolutamente incierto.

¿Qué comer?Por la salud de su corazón, identifique a tiempo su dificultad de nutrición. Defina si se trata sólo de sobrepeso, obesidad general o visceral (grasa acumulada en la zona del abdomen) esta última es especialmente peligrosa y se ha relacionado a los padecimientos cardiovasculares. En cada caso tendrá que seguir un régimen alimenticio específico.

Si lo que se busca es reducir el colesterol en sangre hay que eliminar todos aquellos alimentos que lo proveen como la yema de huevo, la leche entera, todos los quesos y en especial los amarillos, las vísceras y los típicos chicharrones.

Como fuente de proteína, Pichardo sugiere consumir carnes magras como el filete, rojas o blancas, pero sin grasa y sobre todo pescados y mariscos -aunque hay que comer moderadamente camarones y langostas- por su alto contenido de Omega 3.

“Dentro de las dietas saludables de tipo preventivo de las enfermedades cardiovasculares, hay un suplemento que es el único que recomienda la Sociedad Americana del Corazón: el aceite de hígado de bacalao, por el Omega 3 que previene la enfermedad cardiovascular y disminuye los triglicéridos”, revela el cardiólogo.

Para ver un descenso en los triglicéridos incluya en la dieta carbohidratos complejos, de cereales como la harina integral, la avena entera, el trigo y el arroz integral, “todo aquello que esté poco procesado industrialmente”.

Olvídese de la harina refinada, el azúcar y la miel, así como de todo aquello que se oferta en la pastelería.

A nivel de grasas, hay que deshacerse de la grasa sólida, que se concentra en la piel y la grasa de la carne. Se debe cocinar sólo con aceite vegetal, en especial el aceite de oliva, que es monoinaturado y otros como maní, soya, girasol, canola, maíz. Productos procesados como mantequillas y margarinas son poco recomendables.

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