GASTRONOMÍA

El conejo: alimento nutritivo y delicioso

SANTO DOMINGO.- Cuando se recibe algo de menor calidad en lugar de lo que realmente se busca es común escuchar el dicho: “le dieron gato por liebre”. La popular frase tiene su origen en la semejanza anatómica del conejo con los felinos domésticos, parecido que ha restado mucho a la reputación culinaria del conejo frente al paladar de los dominicanos. Para la chef Esperanza de Lithgow, asesora gastronómica de la Secretaría de Estado de Turismo, la mala fama que se atribuye al conejo, que parte de su aspecto cuando está entero y crudo, es totalmente desmerecida. “El conejo es una carne maravillosamente limpia”, asegura, y aunque es cierto que para los gustos existen los distintos sabores, el del conejo merece una oportunidad. En la práctica culinaria este tipo de carne no se diferencia mucho del pollo. Lo que sí habría que tener en cuenta según la chef es sazonarle con especias y combinarle con salsas de mayor carácter, pues su sabor es ligeramente fuerte. “Al conejo, la mostaza, el ajo, el romero y orégano le vienen de película para sazonar”, comenta De Lithgow, quien hace hincapié en que una vez cocido, el conejo resulta muy apetecible, sobre todo si se presenta con arroz blanco, cualquier clase de vegetales o incluso con pimientos morrones y berenjenas asadas, su acompañamiento favorito. También son buenas guarniciones los purés, o hasta una polenta. Saludable y nutritivaQuizás le sorprendería saber que la carne de conejo es mucho menos grasosa que la del pollo y otras carnes. Según datos consultados en el portal de la Fundación Española del Corazón (www.fundaciondelcorazon.com), el lomo del conejo es la pieza más magra con valores de contenido de grasa de 1,2 por ciento. La pierna presenta alrededor de un 3 por ciento. Estos valores son inferiores a los de una pechuga de pollo, por ejemplo. Pero además proporciona cantidades apreciables de vitaminas del grupo B, que intervienen en muchos procesos metabólicos. También resulta destacable su contenido en niacina, vitamina B12 y vitamina E, que tiene importantes características antioxidantes. Y por si todo esto fuera poco, el conejo se caracteriza por un bajo contenido en colesterol comparado con otras especies. “Yo, definitivamente lo prefiero al pollo”, comenta Esperanza de Lithgow, quien recuerda que su padre tenía una conejera, por lo que en su familia consumir conejo ha sido casi una tradición. Aunque no es del todo común, esta carne se puede encontrar en los supermercados. Si tiene invitados a cenar puede emular a De Lithgow cuando desea que los reacios prueben el conejo: “Yo pongo en la mesa un plato hermoso de conejo y no digo lo que es”. Cuando los comensales han terminado con regocijo sus piezas de “pollo” entonces se enteran de que se trataba de conejo.

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