VIAJES

Alaska: destino familiar y natural por excelencia

Alaska.- ¿Alaska con toda la familia? Pues sí, aquí van tres razones poderosas. Alaska es como un gigantesco parque temático donde la naturaleza provee múltiples atracciones, ideales para jóvenes y viejos.El verano, época de vacaciones escolares, es precisamente la temporada principal para viajes a Alaska con temperaturas, por lo general, en los 60 y 70 grados. Y, por último, cuando se va en un crucero como el Norwegian Pearl de NCL se explora cómodamente su espectacular costa y se suman las diversiones del barco. Hicimos lo que los expertos recomiendan: planeamos cada aspecto del viaje con más de seis meses de anticipación para conseguir la fecha que queríamos.Comenzamos con dos días en Seattle, hospedados en el Hilton del centro de Seattle, ciudad desde donde zarpa el Norwegian Pearl en sus recorridos de siete noches por Alaska. La ciudad cuenta con un sinnúmero de atracciones familiares, desde un monocarril que lleva desde el centro a la Space Needle (Aguja Espacial), una torre futurística con bellas vistas de la ciudad y el mar, hasta un acuario y una colección de museos de primera. Compramos tarjetas GoSeattle de un día ($55 adultos y $39 niños) que nos permitía la entrada a múltiples atracciones incluyendo el Space Needle y un pase CityPass para el segundo día ($44) que nos daba entrada a otras atracciones incluyendo el acuario, el zoológico y hasta un paseo en barco por el Puerto de Seattle. Después de abordar el Norwegian Pearl, un barco que es una verdadera ciudad flotante que permite comer cuando uno quiere y donde uno desea en una variedad de restaurantes a bordo, nos pasamos un día entero navegando el bello pasaje interior con sus litorales adornados de bosques y montañas, algunas de ellas con picos nevados. Nuestra primera escala, Juneau, la capital de Alaska, ofrece multiples oportunidades para la diversión. Optamos por el funicular de Mt. Roberts con vistas panorámicas de la ciudad y del campo de hielo de Juneau, trechos naturales y un teatro que presenta una película sobre las gentes nativas de Alaska. Seguimos divirtiéndonos con una excursión en pos de ballenas de Dolphin Jet Boat Tours. La gira nos llevó a Auke Bay, una bahía preciosa, donde no sólo vimos un par de ballenas encorvadas, sino una colonia de leones marinos. En Skagway, el segundo puerto, optamos por una experiencia muy de Alaska: Alaska Travel Adventures, una visita al campamento de Liarsville Gold Rush Train Camp y un asado de salmón local. El campamento, al pie del paso White Pass, junto a una cascada de agua, ofrece un almuerzo o cena (ambos incluídos). El día siguiente el Norwegian Pearl se lo pasó navegando por Glacier Bay, un parque nacional de belleza lírica, con montañas de picos nevados y nada más y nada menos que 10 glaciares ñesos ríos de hielo, algunos con hielo azul, que descienden de las montañas hasta el mar. Les regalamos binoculares a nuestros nietecitos (fue un “hit”) para que buscaran águilas y otras aves en el cielo, focas soleándose en los témpanos de hielo y otra fauna y un librito tipo diario para que escribieran y dibujaran los animales que avistaron. En Ketchikan, nuestro último puerto en Alaska, nos fuimos a pasear en canoa en un lago de una montaña con otra excursión de Alaska Travel Adventures. La aventura nos llevó a pasear en canoas de 20 pasajeros en un lago bordeado por el bosque Tongass National Forest. La escala final de la travesía fue en Victoria, ciudad jardín del Canadá. Tomamos un autobús “shuttle” turístico del mismo puerto al centro de Victoria ($2 por persona) y caminamos por la bella ciudad con sus cestas colgantes llenas de flores, lindos jardines meticulosamente cuidados y disfrutamos de barquillos de helados de chocolate ñtan deliciosos como nuestra aventura familiar a Alaska y el Canadá. Para más detalles visite www.ncl.com.

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