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Viajar y trabajar en alta mar

SANTO DOMINGO.- Los cruceros son hoteles flotantes, empresas que requieren personal con todo tipo de conocimientos y habilidades, y que tenga la disposición de permanecer periódicamente lejos de su hogar. Y es que emplearse en un barco tiene sus ventajas y desventajas. Es cierto que la faena es más extenuante que en un resort regular; pero el cansancio parece no importar cuando se visita los más recónditos lugares del globo terráqueo, sobre todo si nunca se pensó llegar a conocerlos. Para laborar en estas compañías, es básico tener conocimientos de hotelería y turismo; pero también se requieren profesionales de otras áreas como navegación y diversas ingenierías. “Trabajar en un crucero es una experiencia enriquecedora, se aprenden muchas cosas, se conocen personas y lugares interesantes y se ahorra un poco de dinero”, expresa Farrah Borg, quien en 2003 se embarcó por siete meses en un navío de la cadena italiana Costa. La empleomanía de los barcos es extensa y multicultural, de manera que el crecimiento del individuo no se produce sólo con ver nuevos países, sino también con cohabitar por largas temporadas con compañeros de trabajo y turistas de diferentes procedencias. En el caso de los dominicanos, de acuerdo con José Mella, presidente de la agencia de viajes TravelNet, están esparcidos por todo el mundo a bordo de naves, y muchos ocupan puestos de oficial o de mando medio como jefe de cocina o jefe de entretenimiento. Los cruceros son una importante fuente de empleo internacional En la actualidad, pese a las crisis económica existente a escala mundial, casi todas las líneas de crucero tienen naves en construcción y el negocio de los barcos sigue creciendo. Esto constituye una gran fuente generadora de empleos y una oportunidad laboral para el dominicano y latinoamericano en general. Al decir de José Mella, presidente de la agencia de viajes TravelNet, los empleos en alta mar consisten en varios renglones; el primero de éstos es la navegación. Tiene que ver con la conducción del barco, asistencia al capitán y seguridad de los pasajeros. Aquí se designa a personas con conocimientos técnicos en marinería. Otra área es la ingeniaría, que se relaciona con el manejo y supervisión de maquinarias, control de calidad de los equipos, desalinización del agua y otros procesos industriales. Por último, el sector de hotelería, el más popular, comprende el contacto directo con los turistas, administración de bares y restaurantes, servicio al cliente y entretenimiento. Todo lo anterior, subordinado a la autoridad del capitán. “En alta mar los capitanes tienen un mando casi dictatorial, se hace lo que ellos ordenen y su posición es única e irrefutable, precisamente para evitar cualquier tipo de boicot”, indica Mella. Este tipo de trabajo se asume por contrato; los mismos tienen una duración de nueve meses, con 90 días de vacaciones y en algunos casos de seis meses y 45 días de descanso. “Normalmente los contratos son anuales y renovables”, detalla el entrevistado. El nivel salarial de los empleados se designa de dos maneras: las personas con puestos de mando perciben sueldo de oficial, mientras que los camareros, ama de llaves, bartenders y empleados de ese tipo tienen una combinación de sueldo y propina, de ahí que en los barcos la propina sea tan importante. ARDUA LABORLos trabajos en cruceros son similares a los de cualquier resort o restaurante, con la diferencia de que se realizan lejos de los seres queridos. Por lo general, las jornadas diarias son extenuantes y cuando el barco está mar adentro no se tienen días libres. Farrah Borg, quien laboró por siete meses como ama de llaves en un navío de la línea Costa, explica: “Comenzábamos a trabajar desde las 6 de la mañana hasta las 10:30 de la noche, con cinco horas de pausa distribuidas en tres recesos. Durante el tiempo a bordo, no hay días libres, sólo las horas de descanso correspondientes”. Al respecto, José Mella detalla que cuando el barco llega a un puerto, el 25 por ciento de la tripulación tiene el día libre para explorar el lugar, hacer compras y llamadas, mientras que el otro 75 por ciento cuenta con dos horas para descender del barco. Normalmente las personas que trabajan en cruceros lo hacen con el interés de ahorrar, ya que dentro del barco no se incurre en gastos, explica Mella. “El crucero lo suple todo, desde la comida hasta la barbería. Las bebidas son mucho más baratas para los empleados y hasta pueden comprar alimentos en tierra y subirlos al barco”, agrega.

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