Presidencia suplirá medicamentos a niñas con “Piel de Cristal”
El caso de las hermanas con esta afección genética se dio a conocer a través de un reportaje de Listín Diario, lo que motivó que varias instituciones reaccionaron para apoyar a las niñas.

Las niñas padecen una rara afección genética.
El Ministerio Administrativo de la Presidencia se unió a la causa de las niñas Grismeily Benítez Contreras, de 13 años, y Nathalia Benítez Contreras, de 11 años, quienes padecen de una enfermedad llamada epidermólisis, mejor conocida como “Piel de Cristal”.
El caso de las hermanas con esta afección genética se dio a conocer a través de un reportaje de este diario, donde varias instituciones reaccionaron para apoyar a las niñas.
“Ayer culminamos el proceso de gestión, para que en el transcurso de mañana pueda retirar los medicamentos”, sostuvo una de las representantes del ministerio.
Las infantes padecen de una afección genética que vuelve su piel extremadamente frágil, propensa a ampollas y lesiones constantes, que, según los médicos, no tiene cura.
Para Grismeily y Nathalia es una constante batalla padecer de esta enfermedad que exige cuidados especializados, con variedades de medicamentos para aliviar el dolor y proteger toda la capa de la piel.
Entre los medicamentos que utilizan para el cuidado de las menores están Toflus, Daciderm, Cicalfate+, Caladryl, Fusidex, Lobel y Diclofenac-K Alfa, además de soluciones salinas para la higiene y el tratamiento de sus lesiones cutáneas.
También, la madre de las niñas, Jennifer Contreras, había expresado que necesitaban guantes, gasa, algodón, hisopos, antisépticos suaves y vendas.
Ella reside con su madre Ana Francisca Contreras en el sector La Ureña del municipio Santo Domingo Este, en una casa de una habitación de block y zinc, con una cocina improvisada y sin suficiente espacio para poder caminar dentro.
Contreras pidió al presidente Luis Abinader y a la primera dama Raquel Arbaje que la ayuden a costear los medicamentos y la alimentación que requieren las niñas.
Además, las niñas deben permanecer la mayor parte de su tiempo encerradas debido a las heridas en su piel que no pueden ser expuestas al sol, con ropa ligera de algodón y zapatos de tela, por tener la piel frágil.
A pesar de todo, la madre con rostro de angustia define a sus hijas con “mucha fortaleza” y cuenta que tiene la esperanza en que Dios haga en algún momento el milagro de que sus hijas puedan ser sanas.
“Los médicos dicen que no tiene cura, pero la última palabra la tiene Dios”, concluyó.
