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Los políticos están asustados

El triunfo de Zohran Mamdani en las primarias demócratas, como candidato a la alcaldía neoyorquina, ha desatado un nerviosismo generalizado en toda la clase política tradicional estadounidense. 

Tanto así que hay negociaciones secretas entre la cúpula del Partido Demócrata y el presidente Donald Trump, para derrotar a Mamdani en las elecciones de noviembre.

Los demócratas neoyorquinos ahora se alinearán con el alcalde Eric Adams, quien inició su campaña reeleccionista como independiente.

Mamdani, de 33 años, nació en Uganda, hijo de inmigrantes de la India, es socialista y musulmán. Promete transporte gratuito, viviendas asequibles y establecer una cadena de bodegas administradas por la ciudad para vender alimentos baratos al pueblo, suena absolutamente irreal. Y seductor, porque quienes prometen “cosas reales” nunca cumplen.

Así como mucha gente dijo que se iría del país si Trump ganaba la presidencia, hay muchos neoyorquinos anunciando que abandonarán la ciudad si Mamdani gana.

Mamdani es, en esencia, un Trump del ala izquierda; él confesó que ajustó su discurso con el de Trump, porque identificó los mismos problemas que él. La diferencia, dice Mamdani, es que Trump no tiene intención de resolver problemas, pero él sí.

El verdadero problema es el colapso del centrismo. Bill Clinton fue mesías del centrismo contemporáneo. Él se inventó la “triangulación”, formando terceras opciones con partes de la izquierda y de la derecha. Al final ambos lados se sienten usados, aumentando el descontento popular.

Cuando Barack Obama ganó en el 2008, ese fue en rechazo al centrismo que representaba Hillary Clinton; al ganar, Obama no cambió nada. El senador Bernie Sanders, inspirador de Mamdani, casi le gana a Hillary en el 2016. Ella obtuvo la nominación, pero perdió la elección de Trump. En el 2018, Alexandria Ocasio Cortez destronó a un demócrata del “establishment” con décadas en el Congreso.

Las elecciones no cambian nada, el país demanda cambios profundos y los políticos tradicionales no facilitan el proceso, lo obstruyen. Hay una seria crisis política en ciernes. Si las urnas no resuelven, quedará un solo camino.