Liza Quirico, el azar la convirtió en una sobreviviente del Jet Set

Para Liza Quirico, dominicana residente en Estados Unidos, uno de sus lugares favoritos para disfrutar de la música en vivo y una noche de baile inolvidable era el emblemático club nocturno del Jet Set.
“Cada vez que estoy en República Dominicana, yo voy los lunes allá. Trato siempre de ir”, cuenta al Listín Diario, como si de una tradición se tratase para ella por las populares fiestas características del lugar.
Ese lunes ocho de abril no sería la excepción; sin embargo, relató que conseguir entradas para ella y sus acompañantes sería más difícil esta vez. Como primera opción tenían pensado el área VIP del establecimiento, cerca de la tarima, pero por la cantidad de personas presentes se vieron obligados a ubicarse próximos a la salida de emergencia.
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Una vez situados, “muy incómodos”, según describió, decidieron acercarse a la pista de baile donde duraron aproximadamente una hora y media disfrutando el ambiente alegre. Mientras grababa fragmentos de esa noche en su celular, explicó cómo de repente siente que le cae agua maloliente en el pelo, lo que la hace mirar hacia arriba y notar que el techo contenía grandes filtraciones de agua.
Con parte del pelo y la ropa mojada, volvió a su lugar inicial para contarles a sus acompañantes lo que había pasado cuando de repente todo se vuelve oscuro y un fuerte dolor en el brazo derecho la sacude.
“Cuando pasa el problema que me cae aquí en el brazo, yo pensé, como oigo los gritos, que era un tiroteo. “Me tiré al piso muy rápido y caí frente a la puerta de emergencia que estaba detrás de mí”, contó.
Desesperada en medio de la oscuridad, se levantó lo más rápido que pudo para intentar abrir la puerta de emergencias, pero para su desgracia se encontraba cerrada en ese momento.
“La puerta no abre. Está cerrada, está como laqueada. Cerrada, como clausurada. Los hombres que estaban ahí empezaron a darle patadas a la puerta. Para poderla abrir, porque había que salir”, recordó, enfatizando que pudieron salir de ahí porque los hombres que la acompañaban rompieron con desesperación la puerta debido a que esta, según sostuvo, estaba bloqueada.
Casi ilesos y algo abrumados, aún no eran conscientes de lo que acababan de vivir hasta que uno de los acompañantes retornó para buscar algunas pertenencias dejadas y pudo ver cómo había quedado todo realmente.
Sin saber qué hacer exactamente por la magnitud del evento, buscaron ayuda de la estación de bomberos más cercana para informar sobre catástrofe.
Con atención médica de su doctor de cabecera, no se detectó nada inusual, pero Liza advierte sentir dolores de cabeza todos los días después de ese día, además de molestias en el brazo derecho.
Ahora que está de vuelta en Estados Unidos, específicamente en New Jersey, se mantiene con citas médicas mientras inicia un proceso legal para establecer una demanda.