Una encomienda que le costó la vida a Garber Silvestre en tragedia del Jet Set
El recién ascendido al cargo de sargento mayor, el pasado 27 de febrero de este año, era el segundo de tres hermanos y padre de tres niños

Garber Silvestre Araujo, fallecido en la tragedia del Jet Set Club
Sin imaginar que su final estaría marcado por una encomienda que lo conduciría a uno de los eventos más trágicos y fatídicos ocurridos en la historia contemporánea dominicana.
Garber Silvestre Araujo, sargento mayor de la Policía Nacional de 35 años, chofer y escolta del exjugador de Grandes Ligas, Pedro Martínez, falleció la madrugada del martes 8 de abril en la colisión del techo de Jet Set Club, mientras acompañaba a unos visitantes del pelotero.
“Vinieron unas personas de Estados Unidos y Pedro Martínez le comunicó que los llevara a esa fiesta de Rubby Pérez. Así mismo lo hizo”, manifestó la tía de Garber, Clarimel Lara Araujo.
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Una llamada de una prima en el extranjero y fotos e historias compartidas en sus redes sociales mientras escoltaba a esas personas en la fiesta, fueron las señales que alarmaron a sus familiares, tras varias llamadas a su celular y no haber recibido respuestas.
“Como él estaba acostumbrado, su esposa no se dio cuenta. Ella sí en la mañana cuando se despertó dijo: '¡Wao! Garber no llegó. ¡Qué extraño!', porque él sí se lo comunicó a ella lo que iba a hacer. Él estaba trabajando”, comentó Clarimel.
Una larga espera, de por lo menos cuatro días, mantuvo en ascuas a la familia Silvestre Araujo, considerados por la misma como “los días más largos” de sus vidas, pero el dolor de una madre emerge al tener que sepultar a su hijo sin verlo y despedirlo como se merecía.
Patria Ivelisse Araujo, madre de Garber, compartió entre lágrimas y un dolor casi palpable que no ha podido menguar a un mes de la tragedia, no haber sido “nada fácil” despedir a su hijo sin la certeza de confirmar con sus propios ojos que era él a quien le daría el último adiós.

Patria Ivelisse Araujo, madre de Garber
“Fueron los días más largos. No fue un solo día, fueron cuatro esperando y nada. No nos entregaban el cuerpo. Después de que lo traen, solo duraron como diez minutos y se lo llevaron. Yo no vi nada. No se vio ni siquiera el ataúd. No fue fácil”, dijo entre lágrimas Patria.
“Yo tenía dudas, pero los otros hijos míos me dijeron: 'Mami, sí, ese es. Él está ahí'. Porque no es fácil no ver nada, tú crees que eso es mentira”, añadió la madre del fenecido.
A 30 días del fatal acontecimiento, todavía a la familia de Garber no se le hace posible visitar la llamada “zona cero”, lugar donde ocurrió el colapso del techo de la emblemática discoteca Jet Set, mientras el merenguero Rubby Pérez cantaba junto a su orquesta para cientos de personas esa noche.
“A nosotros no se nos hace fácil ir todos los días y prender un velón. A ustedes sí, los que no perdieron a nadie, pero a nosotros”, dijo Clarimel.
Garber, recién ascendido al cargo de sargento mayor, era el segundo de tres hermanos y padre de tres niños.
Su fotografía descansa en un altar elaborado por sus familiares en la entrada de su vivienda, y un arreglo de cumpleaños de su último aniversario de vida, que ellos mismos cuentan que es un símbolo que todavía conservan con la esperanza de verlo regresar a casa como solía hacer.
La familia de Garber aseguró que buscaría justicia legal y que está apoderando a sus abogados para tales fines.
“Ellos sabían que eso se iba a caer, pero a ellos les importó más el dinero. Fue mucha negligencia”, afirmó.