Santo Domingo 19°C/21°C clear sky

Suscribete

Soberanía y pacto

Avatar del Listín Diario
Hugo Guiliani CurySanto Domingo, RD.

Más de once millones de personas viven en el lado occidental de esta isla, padeciendo enfermedades, violencias y hambre. Ellos, no han logrado comprender que desde el 1804 en que lograron independizarse y abolir la esclavitud, nunca han podido dar forma a las instituciones básicas para su progreso. Han transcurrido casi 220 años en guerras, intervenciones militares foráneas, tiranías, cataclismos, hambrunas, enfermedades y lógicamente Haití sigue siendo un país fallido. La apatía de la Comunidad Internacional es una muestra de que a nadie le interesa, la suerte de los haitianos. En esta parte de la isla, algunos como yo, piensan que su única solución es una intervención militar para imponer el orden pero a la vez económicamente hacer algo parecido a un Plan Marshall, que siente las bases para su desarrollo y se creen las necesarias instituciones.

Nosotros, los dominicanos debemos recordar que, también hemos tenido guerras, tiranos e inestabilidad política. Pero gradualmente pudimos construir una nación que es un crisol de razas y en paz, hemos estado trillando un camino en que nuestras instituciones se han fortalecido. Eso nos ha ido conduciendo hacia un mayor desarrollo económico y social.

Pero el caos actual de nuestros vecinos amenaza a nuestra nación y debemos actuar. Ha llegado el momento en que el liderazgo político y económico dominicano se aglutine alrededor de este tema y debata este asunto que amenaza nuestra existencia como estado soberano.

Las circunstancias actuales nos obligan a dejar a un lado las posiciones partidarias que siempre estarán presentes en cualquier coyuntura. Por ello me he preguntado, si es posible que nuestro liderazgo se siente a dialogar de igual a igual en una discusión amplia y organizada que nos conduzca hacia acciones concretas para la defensa de nuestra soberanía. Recordé momentos de mi larga carrera pública en los cuales he tenido que negociar temas importantes para el país.

Rememoré varios de ellos. La renegociación de la deuda externa en 1985-86, nuestra posición en la cumbre de la Organización Mundial del Comercio en el 2001 y las negociaciones bilaterales con Estados Unidos en el 2002-04. De esas experiencias saque algunas lecciones. Una de ellas es que para lograr algo, hay que saber ceder. La otra es que nunca hay vencedores ni perdedores.

Pero la más importante era que existiera confianza entre los actuantes. Eso debe primar entre los que se sienten a discutir un pacto de esta naturaleza. Como el Presidente de la Republica fue elegido para hacer cumplir la constitución y las leyes del país, este deberá dar un paso adelante en un proceso de esta naturaleza. Deberá demostrar con acciones el estricto cumplimiento a lo que indican nuestras leyes migratorias, principalmente en cuanto a la deportación de los ilegales, detener el uso indebido de hospitales públicos por ilegales, y cumplir con el requisito de la ley 16-92 en que el 80% de los empleos son para dominicanos. Igualmente, y dado el caos actual en Haití, suspender los visados y cerrar los consulados dominicanos.

Simultáneamente establecer un régimen de incentivos y castigos para los miembros de las fuerzas armadas en la frontera de forma que podamos premiar su buen comportamiento pero también sancionar a los que la deshonran. Igualmente estar consciente que esas acciones traerán presiones externas que deberemos resistir para dar el mensaje de que nuestra soberanía no es negociable. Debemos también tener muy claro en nuestras mentes que independientemente de lo que decida la comunidad internacional, es decir Estados Unidos, Francia, Canadá y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, nosotros soberanamente tomaremos acciones para defender a nuestra nación.

Es por ello que para resolver una crisis de esta dimensión se requiere tener una noción clara de su naturaleza e implicaciones. Siendo necesario que el liderazgo político y económico del país, sean coherentes y puedan dejar a un lado posiciones partidistas que siempre estarán presentes en cualquier coyuntura. El ejemplo insisto lo deberá dar el Presidente de la República, haciendo cumplir la constitución y las leyes del país. De lo contrario no podremos avanzar hacia un pacto que es absolutamente necesario para la nación.