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Nancy Pelosi visita a Taiwán y la estrategia de EE. UU.

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Willians de Jesús SalvadorSanto Domingo, RD.

La presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, en el marco de su gira por Asia, el 3 de agosto 2022 visitó a Taiwán, le acompañaba John Bolton, ex embajador en las Naciones Unidas y ex asesor de seguridad nacional del ex presidente Trump, hay quienes interpretan como una acción temeraria, una apuesta agresiva de la diplomacia norteamericana en un momento convulso en el ámbito de Europa del Este, por la invasión de Rusia a Ucrania, y ciertamente es una apuesta arriesgada que obedece a una alta estrategia geopolítica norteamericana.

He abordado con mi dilecto amigo, el Licenciado Iván Gatón que tiene una maestría en estudios diplomáticos y un Máster en Ciencias Sociales mención en Asuntos Asiáticos, en la Universidad Tamkang, en Taiwán, el tema obligado de la visita de Pelosi a Taiwán, entre muchas consideraciones interesantes, observa que Estados Unidos está haciendo uso de un viejo recurso la teoría talasocracia del estratega naval norteamericano Almirante Alfred Thayer Mahan (1890), que le permitió expandir su poder y grandeza imperial, en las actuales circunstancias parece que busca trasladar la mirada del mundo, hacia la zona marítima de Taiwán y quitar los reflectores sobre la guerra de Ucrania.

Gatón observa con mucha propiedad que Estados Unidos establece relaciones diplomáticas con China Continental, el 1 de enero de 1979 y firmaron acuerdos en los que EE. UU. reconoce una sola China, y rompe relaciones diplomáticas con Taiwán, la cual es expulsada de las Naciones Unidas. Entre los acuerdos se establece que no puede haber visitas oficiales de funcionarios internacionales a la isla, solamente encuentros de carácter privado. No obstante, el Congreso Norteamericano aprobó una ley que obliga a EE. UU a defender a Taiwán ante cualquier amenaza exterior, esto en relaciones internacionales se conoce como ambigüedad estratégica.

La ambigüedad diplomática se puso de manifiesto, la presidenta de la Cámara de Representantes expresó en Taipéi: “Queremos que el mundo los reconozca”. Mientras que la Casa Blanca reitera que no apoya la independencia de Taiwán, y por su parte el Secretario de Estado, Anthony Blinken, manifestó en Camboya para intentar calmar los ánimos, que una escalada no beneficia a nadie, y espera que China “no fabrique una crisis o busque un pretexto para incrementar su agresividad militar”.

La reacción de China a la visita de Pelosi ha sido realizar ejercicios militares con fuego real, traspasando la línea de la frontera entre China Continental y Taiwán, es una división informal que, desde el año 1949, ha sido respetada por las partes. Las maniobras alrededor de las aguas y cielos de la isla se han convertido en punto de tensión no solamente para Taiwán, sino para Japón, que presentó una protesta formal a China por haber caído cinco proyectiles en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Japón.

Las escaramuzas del ejército rojo, podría convertirse en una amenaza para el comercio de Asia, recordamos que estas son las rutas fluviales más transitadas del planeta, el estrecho de Taiwán tiene 177 kilómetros de ancho que separan a la isla de Taiwán de China Continental, esta es una arteria fluvial importantísima para las embarcaciones que transportan mercancía hacia el noreste de Asia, China, Japón, Corea del Sur y el resto del mundo. Por lo que los ejercicios militares con fuego real que actualmente asedian a Taiwán producen dificultades en las cadenas de suministros a nivel global, convirtiéndose en un nuevo obstáculo para el control de la inflación que abate la economía a nivel mundial.

Los analistas y expertos en el tema asiático entienden que China no invadirá a Taiwán, porque tendría poco que ganar y mucho que poner en riesgo, sobre todo en materia de comercio internacional, pero obligará a redefinir las relaciones entre el gigante asiático y Estados Unidos.

Xi Jimping, presidente de China, también ejerce como líder del Partido Comunista y presidente de la Comisión Militar Central, es un hombre pragmático, ha sido un gobernante caracterizado por utilizar las vías diplomáticas para dirimir los conflictos internacionales, quien desde que asumió como presidente el 15 de marzo del 2013, se ha puesto la misión de que China vuelva a tener su grandeza imperial, es decir ser el Reino del Centro, esto es por estar en el centro de la tierra y el cielo.

La visita de la congresista, Nancy Pelosi, ha reactivado el nacionalismo chino, y provoca una situación que acelere la lucha por un nuevo orden global, el eje ruso-chino, con la sumatoria de los otros países miembros del BRICS, que han estado durante las últimas décadas creando un bloque para aumentar su peso específico dentro del capitalismo corporativo global. Todo esto me hace recordar Anatole France, dijo: “Creíamos que estábamos muriendo por la patria. Pronto nos dimos cuenta de que lo hacíamos por las bóvedas de los bancos”.

Hay que subrayar la fortaleza de Taiwán, es un gran productor de chips de alta tecnología, es un suplidor muy importante para China, para la fabricación de teléfonos móviles, electrodomésticos, naves espaciales, vehículos, produce la mitad de los chips de procesador del mundo y tiene tecnología que el continente asiático no puede igualar. El comercio con China ronda los 300 mil millones de dólares, y la balanza comercial es positiva para Taiwán.

Una invasión de China a Taiwán, según expertos en relaciones internacionales, puede provocar un conflicto de grandes proporciones, que involucre a Estados Unidos de América, Japón, Corea del Sur, y por el lado de China a Corea del Norte, sería una conflagración global.

Los líderes responsables de la estrategia global de Estados Unidos de América saben que, en las actuales circunstancias, urge buscar un punto de inflexión, un cambio de paradigma de las relaciones bilaterales con China, hay que evitar un enfrentamiento brutal de dos fuerzas imperiales. Ha llegado la hora de aplicar los consejos de J.M. Coetzee: “Los nuevos hombres del imperio son quienes creen en los comienzos frescos, los capítulos nuevos, las nuevas páginas, yo continúo luchando con el viejo cuento, con la esperanza de que antes de que termine me revele por qué pensé que valía la pena”.

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