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“Guagüita a la vista”, precios baratos

Remedio: Ante esta inflación, las guagüitas traenmejores precios, aunque en ocasiones son rechazadas por el ruido de sus motores obsoletos y altoparlantes molestosos, pero continúan rodando por la capital.

No son invisibles. Ni llegaron para quedarse. Como las aspirinas o la pomada china “La flecha”, alivian el dolor de cabeza de todos los días cuando las monedas escasean en los bolsillos y las urgencias domésticas no deben esperar. Algún día van a terminar, según algunos. Otros dicen que su fuente de sobrevivencia está donde la comida barata impera: “En el país lo que sube de precio, nunca baja, por eso creo en las guaguitas”, dice Mildred Jiménez, vecina del Ensanche Quisqueya y usuaria habitual de estos comercios populares.

La gente en los barrios las caza como si fueran palomas mensajeras. Traen de todo y a precios accequibles, aunque lamentablemente, contienen los aumentos de este presente donde cada día el dinero vale menos. Pero es indiscutible que sus ofertas son mejores que las de los supermercados.

Una de las principales preocupaciones que afecta a distintos sectores de la vida nacional, se refiere al incremento de los precios que golpea el bolsillo de los consumidores. Como es el alza de los productos de la canasta básica familiar que ha sido el lamento de las familias dominicanas que viven del día a día.

Ante esta inflación de algunos bienes de la canasta básica, las guagüitas traen mejores precios aunque en ocasiones son rechazadas por el ruido de sus motores obsoletos y altoparlantes molestosos. Ellas continúan rodando por la capital para solventar la crisis actual.

Johnny Manuel Lázaro, es uno de los tantos vendedores que han convertido su guagüita en supermercado a domicilio. Madrugando desde la 4:00 de la mañana sale de su casa ubicada en los Guaricanos, rumbo al mercado de la Duarte a surtirse de mercancía para luego tomar sus rutas habituales y vender sus productos a un precio más cómodo en los sectores del gran del Santo Domingo.

Acompañado de Luis Méndez, su amigo y compañero de trabajo, enciende su parlante con el objetivo de avisar al vecindario la llegada de estos peculiares mercados sobre ruedas.

¡Cuántos melones, llegaron los melones, uuuiiiii dale melones!, es el anuncio que suena en su guagüita, y la alerta para que se acerquen a comprar sus frutas.

El trayecto que recorren desde que arranca su guagua es aproximadamente de 16 horas. Desde el mercado nuevo transitan por la 27 de febrero hasta llegar a la feria. Luego siguen por la Av. Independencia entrado algunos sectores que visitan con regularidad. La primera parada la realizan en el 12 de Haina. Y alrededor de las 9:00 de la noche llegan a la terminal Km. 9 de la Autopista Duarte, donde concluyen el recorrido.

El sistema que utilizan estos vendedores consiste en comprar a buenos precios en los mercados para luego vender a domicilio, con un pequeño aumento.

“Esto deja resultado, «asegura J Johnny», a veces se pierde y en ocasiones se gana. Esto no es para hacernos ricos, sino para llevar algo a la casa para la comida”.

Entre las frutas que Johnny oferta están: la piña con un precio de a 3 por RD$100, los melones a RD$70 la unidad y a 3 por RD$200. La sandía cuesta RD$125, los limones a RD$4 y 25 unidades por RD$100, mientras que la docena de chinola está a RD$120.

Miguel Antonio Ortiz, con una rutina similar a la de su compatriota Johnny, se levanta a las 5:15 am para llegar temprano al mercado de la Duarte y comprar los productos que luego vende en su peculiar vehículo.

A diferencia de otros vendedores ambulantes, él decide ubicarse en un lugar estratégico donde tiene una clientela fija, sin dejar de conseguir cada día nuevos compradores que se acercan a preguntar por los precios. Orgulloso del trabajo que realiza, articuló algunas palabras que honra a su labor y agradeció la oportunidad de poder realizarlo. “Yo me siento bien con lo que hago, no tengo otra manera para llevar el sustento a la familia. Para eso tengo que trabajar y lo hago con mucho amor”.

Narró que trabaja para que sus hijas se eduquen y mañana sean personas de bien para la sociedad. Su primogénita ya es licenciada en Contabilidad y encamina a su más pequeño retoño por ese mismo camino.

El vendedor y padre satisfecho de los resultados de su trabajo y formación brindada a su linaje, enseñó sus manos como muestra de ese gran esfuerzo que realiza en su diario vivir. ¡Mira… mira! exigiendo más atención a lo que estaba expresando, mostró sus manos con barro. No era sucio, era el sudor de un trabajo limpio y hecho con amor.

Miguel Antonio, insistía en seguir hablando de sus hijas como el motor que lo hace madrugar cada día, pero fue interrumpido por una señora que buscaba adquirir sus productos

“Dame dos libras de yuca”, le solicitaron y con gusto procedió a vender una de las tantas compras que ya le habían realizado en el transcurso de la mañana.

Al retomar la conversación con esta periodista, musitó “ves lo que digo, las persona nos compran porque les vendemos más barato, ellos compraran en los colmados los precios y rechazan los de allá”.

A pesar de que su guagüita no tiene un parlante para anunciar la anunciador, le va muy bien en sus ventas. Asevera sus clientes son un alivio a los bolsillos porque no pueden trasladarse a los mercados para realizar sus compras.

El mercado andante de Miguel Antonino: alista una serie de productos que abarca los víveres que no pueden faltar en el desayuno o la cena de los dominicanos.

Los precios de los plátanos que los colmados ascienden entre 20 y 25 pesos. En las guagüitas se venden a RD$12 y RD$15. Los guineos de RD$5 a RD$6 pesos y la libra de yuca a RD$25 y RD$30.

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