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“Solo le pido a Dios que rebase el malestar”

La ambulancia del 911 acudió a tiempo a socorrer a Ramón María Consuegra. LISTÍN DIARIO

La ambulancia del 911 acudió a tiempo a socorrer a Ramón María Consuegra. LISTÍN DIARIO

“Solo le pido a Dios que rebase el Covid y me lo pueda llevar pa­ra la casa”, es el clamor de una esposa que con su vista y manos exten­didas hacia arriba, ruega al cielo por una segunda opor­tunidad para el padre de sus hijos.

Ramón María Consue­gra fue ingresado la noche del sábado al intensivo del Hospital Marcelino Vélez luego de que la presencia de los síntomas arraigados al Covid-19 hiciesen a sus familiares solicitar la ayuda de las unidades del Sistema de Emergencias 911.

Con 76 años y cuatro hi­jos en matrimonio con Yo­landa Payano, de 60, Ra­món sufre de alzheimer y otras complicaciones de sa­lud que mantienen en vi­lo a su familia, sobre todo a su esposa quien hace tres meses dejó de trabajar para dedicar el tiempo y cuidado que necesitan tanto él co­mo su hija de 25, quien tie­ne síndrome de Down en su segundo nivel.

Una niña especial Residiendo en El Liberta­dor de Herrera, Yolanda salía con anterioridad a las 7:00 de la mañana en direc­ción al centro de estética en el que laboraba para regre­sar 12 horas después, a las 7:00 de la noche, dejando a su esposo en cuidado de quien llama “mi niña espe­cial”.

A pesar de las limitacio­nes que acarrea el síndro­me que padece, la madre afirma que “Mi niña” cuida­ba de su padre lo mejor que podía hacerlo.

“Me levantaba a las 5:00 a cocinar, lo dejaba a él desayunado y le dejaba la comida. Ella se la daba. A veces él quería comer, a veces no… Ella le daba su juguito… Y na´, los veci­nos me le echaban el ojo. A ella hoy yo la dejé tran­cada, con los vecinos”, afirmó la señora.

¿Cómo contrajo Covid? Según lo relatado por su esposa, Ramón Consuegra podría haberse contagia­do de Covid en el propio Hospital Marcelino Vélez durante una de sus visi­tas de chequeos regulares, donde, además, se agrava­ron los signos de su estado médico.

“A mi casa no va nadie, yo no dejaba por que como está la situación y yo se que él es delicado. Nosotros lle­gamos aquí (al Hospital), él vino caminando, y cuando salimos de aquí no volvió a abrir los ojos, no volvió a comer, no volvió a caminar, nada”, expresó Yolanda.

Agregó que sus sospe­chas se arraigan aún más por que al momento de su última visita al centro mé­dico no pudieron ser aten­didos por que la doctora se encontraba de licencia por haber contraído Covid.

A pesar de sus sospechas, la familia no deja de sentir­se agradecida con los cui­dados y dedicaciones con los que Ramón está siendo atendido.

“Los doctores muy bien, muy bien. Gracias a Dios no me puedo quejar, desde que mis hijos llamaron esa gente no tardaron ni 10 mi­nutos en llegar, los enfer­meros, cuando llegamos aquí… Todos, todos... Sa­lí con Dios y la virgen”, dijo Yolanda.

Gastos médicos La frágil posición del se­ñor Consuegra ha llevado a sus familiares a realizar gastos superiores con los que no contaban, sobre to­do considerando que hace tiempo desde que ni él ni su esposa trabajan, y son sus otros tres hijos quienes cubren sus gastos de ma­nutención.

“Es difícil. Los hijos de nosotros es que nos man­tienen y el dinero se va co­mo si nada. Mira ahora, yo vine a buscar la mues­tra para realizarle unos estudios y hay que pagar 15,000 pesos”, explicó la madre.

La conmocionada fami­lia Consuegra sabe que el alzheimer no tiene cura, sin embargo, aseguran que su único deseo es que Ramón supere el reto que le supone el Covid y pueda regresar con ellos a casa.

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