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Capitán ha esperado durante 22 largos años por una pensión

Eligio Montero Vicente, de 77 años, recordó que su mayor deseo es poder recibir su pensión, pues representa el trabajo de toda una vida, con el que soñó desde niño.

Don Eligio, quien reside en Boca Chica, ofrece declaraciones a Yasmel Corporán.

Don Eligio, quien reside en Boca Chica, ofrece declaraciones a Yasmel Corporán.

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Yasmel CorporánSanto Domingo, RD

“Cuando yo era un mucha­cho yo quería ser como los hombres vestidos de ver­de”, recuerda con añoran­za Eligio Montero Vicente, de 77 años, quien entregó los “mejores años de su vi­da” al servicio militar del Ejército Nacional y hoy en día reclama el pago de su pensión.

Don Eligio se enlistó en las filas del ejército en 1968 y, a lo largo de 32 años de servicio activo y gracias a sus méritos, alcanzó el rango de capitán.

Tras cumplir el período de tiempo establecido regla­mentariamente para jubi­larse, Montero solicitó su pensión, la que fue apro­bada el día 17 de agosto del año 2000.

Lo que Don Eligio creyó se­ría su oportunidad de obte­ner un retiro digno y de re­tribuir a su familia el tiempo de calidad robado por su labor en la milicia, se con­virtió en un sueño difuso y tronchado, cuando se per­cató de que los RD$18,000 que le aprobó el Estado co­mo pensión jamás fueron depositados en su cuenta, ni siquiera ese primer mes.

“La primera vez que yo fui a cobrar esa pensión al ban­co, allá me dijeron que mi cuenta estaba inactiva por­que me la cancelaron y que por eso no me podían depo­sitar”, contó el excapitán.

Al percatarse de esa situa­ción, Montero se dirigió a la instancia correspon­diente en el ejército y ja­más obtuvo una respuesta oportuna.

Mes tras mes, Don Eligio hacía largas filas en el ban­co con la esperanza de que “sus chelitos” estuvieran, fi­nalmente, disponibles para su retiro. Y así pasaron años en los que se vio en la ne­cesidad de conseguir otros trabajos, pese a su deterio­rado estado de salud, por­que no tenía otro modo de subsistir.

“Yo me cansé de dar viajes y nunca me depositaron na­da, ya yo tenía problemas en el corazón, por eso me retiré, y como quiera tuve que ponerme a trabajar en otro sitio, para poder man­tenerme”, expresó.

No obstante, según relató a periodistas de Listín Diario, Don Eligio no abandonó su lucha y regresó al Ejército con toda la documentación en la que se hacía constar su permanencia en el cuer­po castrense por más de tres décadas y las pruebas que confirmaban su condición de pensionado.

CIFRAS Perseverancia. Entre varias negativas, idas y venidas, acha­ques y necesidades eco­nómicas, han transcu­rrido 22 “largos” años en donde Montero nunca soltó “su carpeta marrón”, donde guarda todos sus documentos como si a ellos se afe­rra hasta obtener res­puesta. Adentrado ya en la tercera edad, Don Eligio no ha dejado de buscar una mano ami­ga y justiciera que in­terceda por lo que cali­ficó como “un abuso”.

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