Campanas que doblan por Puerto Plata
Mi padre, Epifanio Lantigua, solía recitar con voz grave y tono de declamador: “por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.”.
Desde la primera vez que lo escuché hasta el momento en que supe que el poema era de John Donne y servía de justificación para el título de la novela, Por quién doblan las campanas de Ernest Hemingway habrán pasado algunos años, hasta hoy me sigue impresionando su significado, sobre todo lo de que ningún hombre es una isla y el sentido de la unidad de toda la humanidad.
Reflexionando sobre el día del periodista, inevitablemente vienen a mi memoria los recuerdos de mi padre y su rol como periodista y testigo de los primeros años del desarrollo turístico de Puerto Plata, lo que me hace ser particularmente sensible a las campanas cuando estas suenan por su turismo, el que siempre he defendido y defiendo sin dejar de ejercer mi rol y dar las noticias que algunos quisieran que no se dieran, asidos de un sentido maniqueo de la realidad, según el cual habría que presentar siempre un panorama idílico del lar nativo.
A dos de esas campanas quiero referirme. Oscar Lora, un gerente hotelero con más de 30 años de experiencia en 5 países, sonó la primera al advertir las consecuencias que sobre nuestro desarrollo turístico tiene el hecho de que el 80 % de las 4,500 habitaciones de Playa Dorada ya son o van a ser proyectos inmobiliarios y solo el 20% permanecerá como habitaciones hoteleras.
Tomás Callender, otro experimentado gerente, con una larga trayectoria en Cabarete y Sosúa, sonó otra campana al plantear la necesidad de que el proyecto de Punta Bergantín, anunciado por el presidente hace un año y reiterado el 27 de febrero, promueva la participación de inversionistas de alto nivel que hagan de las 3,200 habitaciones que se proyectan allí, un desarrollo turístico de altos estándares, como los de Punta Cana, Cap Cana y como Aman Resorts en Río San Juan y los de Marriot en Sosúa y Cabarete.
No se trata de campanas ociosas, no son niños haciéndole bromas al cura del pueblo, al tocar las campanas de su iglesia, son dos actores que han estado ahí en el auge y la caída del destino hotelero de la costa norte.
Sus preocupaciones son aún más válidas ahora que experimentamos un positivo boom del turismo de cruceros, y del turismo interno, al mismo tiempo que, las llegadas de turistas por vía aérea se mantienen por debajo del nivel de recuperación del resto del país, en donde experimentamos números excelentes.
La apuesta por un pleno desarrollo del país y por la recuperación de la industria turística que es un motor fundamental del desarrollo nacional y de la estabilidad y crecimiento que hemos tenido en los últimos 50 años, tiene que tomar en cuenta todos los aspectos que convergen en el mismo, en particular en su eslabón más débil.
Estas campanas han sonado por Puerto Plata ojalá escuchemos su llamado que es la de la misa de nuestra pleno renacer.
Estas campanas están doblando por ti, por nosotros.