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Los diarios «Legacy» perdieron una oportunidad

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Lluis CucarellaBarcelona, España

Por si a algún director de periódico le quedan dudas de lo relevante que es incorporar los directos a los periódicos digitales, uniendo vídeo de la retransmisión al liveblogging, para incrementar métricas cualitativas (sesiones por usuario, duración de la sesión, etc.), y por ende, fidelizar usuarios, Google les va a quitar esas dudas con una simple etiqueta. Desde hace unos días, empiezan a aparecer ya en los carruseles de noticias de Google, lo que el buscador había habilitado en algunos países como Estados Unidos: una etiqueta que indica que esa noticia se está cubriendo en directo. ¿Qué noticia seleccionarán quienes entren al buscador y vean unas noticias con el rótulo en directo y otras no?

Los periódicos perdieron una oportunidad

Estamos asistiendo al inicio y desarrollo de lo que probablemente será una prolongada fatiga de las hard news. Las audiencias de los periódicos, en general, han dejado de crecer como lo venían haciendo antes y especialmente durante la pandemia, al igual que el número de suscriptores, y la estrategia pasa ahora, entre otros muchos flancos, por incorporar dentro de los medios todo aquello que pueda ser de interés y utilidad para el lector en su día a día, y si es entretenido mejor, más allá de lo puramente informativo, y tratar de afianzar por otro lado la relación con sus lectores más fieles y convertirlos en suscriptores históricos, que son los que menos cancelan ante vaivenes sociales o cabreos por informaciones.

En esa línea se explican muchos de los últimos movimientos estratégicos en algunas editoras de medios. Pero los medios legacy que desaprovecharon la pandemia para fortalecer la relación con sus lectores digitales, cuando estaban todos confinados por obligación y, por incapacidad manifiesta, o por ceguera profesional, lo siguieron apostando casi todo a la edición impresa, ven ahora cómo la brecha que se ha abierto con los medios de comunicación que sí entendieron que era una oportunidad única para mirar hacia el futuro, se ha agrandado de tal forma que van a sufrir mucho para recuperar terreno, porque, digitales o no, los seres humanos seguimos siendo una especie con sus costumbres y hábitos.

Ese salto en el crecimiento digital, descrito como la aceleración por la consultora McKinsey, hizo que los que no estaban acostumbrados a consultar información de manera intensiva online lo hicieran como rutina diaria, y en ese día a día de confinamiento, acabaron encontrando el medio digital que mejor respondía a sus necesidades.

Y los medios que no apostaron por el digital entonces han quedado muy tocados, y en esta desaceleración que estamos viviendo ahora, esta realidad se les empieza a aparecer de manera muy amenazante.

De la fatiga pandémica hablaba esta semana precisamente Jakub Parusinski en The Fix, en relación con la caída de las suscripciones: «Es muy probable que la primera fiebre del oro esté llegando a su fin», aseveraba, aunque, como apunta el propio Parusinski, quizá un crecimiento más lento probablemente favorecerá esa consolidación de suscriptores.

Etiquetas para noticias de más de tres años

Una de las medidas que ayudan a los lectores a evitar malentendidos informativos, y de paso, impedir que corran como bulos, es algo tan sencillo como realizar un pequeño script para que cuando una noticia tiene más de tres o cuatro años, aparezca una advertencia de que la información puede estar desactualizada. Lynn Walsh, subdirectora del proyecto Trusting News, comentaba días atrás en Poynter que estas «banderas visuales» ayudan a que la comprensión de las noticias sea menos confusa para los consumidores, lo que puede generar confianza en el medio.

«Si podemos ser útiles para el consumidor, esa es una forma de generar confianza con ellos y construir esa relación», dijo Walsh. «Saben que pueden contar con nosotros para brindarles información continuamente de manera veraz, honesta y directa».

En el fondo, una apuesta por la transparencia, algo que sigue faltando bastante en el panorama de medios de habla hispana, por mucho que algunos presuman a pie de noticia de acogerse a los criterios de The Trust Project.

Cómo un periódico polaco consiguió 280.000 suscriptores digitales

Reveladora la experiencia que cuenta WNIP sobre cómo el periódico polaco Wyborcza ha conseguido tantos suscriptores (280.000), que se ha puesto por delante de periódicos como el Globe and Mail de Canadá (200.000), el Boston Globe (225.000) y pisándole los talones a Bloomberg (350.000).

Una parte muy importante del éxito radica en algo que ya apuntábamos hace unas semanas en esta misma sección semanal, la necesidad de que los suscriptores sientan que forman parte del medio.

El periódico polaco lanzó el Club Wyborcza, y desempeñó un papel transformador en el crecimiento de su base de suscriptores. El Club permite el contacto directo con el equipo editorial del periódico, incluida la participación en reuniones online.

Los resultados han superado las expectativas, cuentan sus responsables a WNIP, con reuniones en vivo que atraen entre 300 y 1.500 personas, y muchas otras que lo ven a la carta. Hay, además, chats de video especiales con el editor en jefe de Wyborcza, así como un boletín especial, en el cual los lectores pueden conocer, entre otras cosas, lo que se ha discutido recientemente en la redacción y lo que está planeado para la semana siguiente.