La enseñanza de Galileo
En honor a la verdad, lo cierto es que desde el gobierno tal vez hemos perdido frente a la sociedad, una parte del debate sobre el tema de los combustibles.
Al margen de ello, se erige casi como axiomática la afirmación de que la verdad y los hechos pueden circunstancialmente recorrer rumbos separados, pero que más temprano que tarde, confluyen en su justo espacio.
Los ideales copernicanos, por ejemplo, legaron un robusto testimonio.
Descontada la astucia politiquera, la complejidad que reviste el tema de los precios de los combustibles y la multiplicidad de factores que componen la metodología del cálculo, hacen que el gobierno, cualquier gobierno en cualquier país, tenga un reto didáctico titánico al explicar con legitimidad el comportamiento de los derivados del petróleo y su subsecuente impacto en las economías domésticas; máxime en países no productores del llamado oro negro, como es el caso nuestro.
Demás está decir, qué si a esto le sumamos la crisis más severa de todo el sector de los hidrocarburos en las últimas décadas, el escenario para ilustrar con precisión y credibilidad se torna empinado y en complicado reto. Hace unos días en la ciudad de Laredo, contemplaba los valores prohibitivos que tienen las gasolinas en el Estado de Texas, sin dudas locación paradigmática de explotación y comercialización de derivados del petróleo y por ende referente obligatorio de toda la región en materia de combustibles.
Como buen dominicano en playas extranjeras, no dejé de hacer mis obligadas conversiones a nuestra moneda local, llegando a la obvia conclusión que muchos conocemos y que, aunque no todos admitamos y sincerizamos en los juicios comparativos, están ahí y admiten poca controversia por no afirmar que ninguna.
¡El tipo de cambio del peso dominicano frente al dólar norteamericano es la variable del cálculo de los precios de los combustibles que presiona con mayor intensidad en la formación de los precios locales que semanalmente determina el gobierno!
Al margen de Petrocaribe y los cuestionamientos deontológicos de su performance y descontado el modelo entusiasta de aprobación exponencial de estaciones de expendio de la última década; lo cierto es, que si ponderáramos solamente el tipo de cambio para hacer un ejercicio comparativo de los precios de los combustibles en RD, entre el periodo de la última crisis del sector de los hidrocarburos, remontada al año 2014, y la de hoy día, solo por el efecto de revalorización de la moneda norteamericana frente a la criolla, las gasolinas acusan un aumento de alrededor de 40 pesos.
Si realizamos una operación análoga con el diesel, el valor aumentado a la fecha se sitúa por encima de los 30 pesos y en el caso del gas licuado de petroleo (GLP) el incremento del valor sobrepasa los 23 pesos dominicanos.
Con el ánimo de contextualizar lo planteado, en el año 2014 el tipo de cambio se situaba alrededor de los 43.87 pesos por dólar y al momento de asumir el presidente Luis Abinader, el gobierno heredó una tasa que rondaba los 58 pesos por dólar;
Asimismo el valor Platts FOB (precio de referencia internacional) del barril de gasolina cotizaba cercano a los 100 dólares y hoy día lo hace en torno a 103. Si solo se convierte a pesos y luego se divide entre 42 (la unidad de volumen de un barril son 42 galones), fácilmente se puede obtener el costo del galón de dicho combustible previo a su importación hacia nuestro país, radicando aquí la principal razón de la diferencia del precio de antes y de ahora.
Dicho esto, ¿por qué se obvia del debate comparativo tan importante elemento? Si la iniciativa es seria, ¿por qué dejarlo de lado? ¿A quién le conviene manipular la información y también a la población?
Recuerdo de mis decenas de domingos en la parroquia Santiago Apóstol, la promesa bíblica de que no hay nada oculto que no haya de ser manifestado, al tiempo que sigo reflexionado sobre la genialidad que aconseja a la prudencia sobre todo en lo de la ingesta de pescado y en el decir mentiras.
Al margen de ventajas circunstanciales y rentas coyunturales ¡Eppur si mouve!.