Opinión

COLABORACIÓN

El juego de las proyecciones

JOSÉ LUIS MALKUNSanto Domingo

A los economis­tas les encan­ta hacer pro­yecciones. Para los or­ganismos internaciones es una pasión y un juego de escritorio.

En los presupuestos anuales de cada nación se hacen proyecciones. Cuán­to creceremos, cuál será el déficit, cómo terminará la tasa de cambio, cuál será el precio promedio del pe­tróleo, el nivel de inflación esperado o la deuda acu­mulada.

Muchas de ellas se cum­plen otras se acercan y al­gunas se equivocan.

Por ejemplo, veamos las estimaciones de creci­miento para América La­tina y el Caribe para el 2022. El Banco mundial 2.6%, la CEPAL 2.9%, el FMI 3.6% y la ONU 2%. Esto cambiara 4 veces en el año.

Para República Domi­nicana CEPAL estima que creceremos al 5.5%, el Banco Mundial 5%, el FMI 5.5% y el presupuesto del 2022 un 5.5%. Mas coinci­dencia.

Sobre la inflación pa­sa lo mismo. Unos prevén 3%, otros 5% y los pesi­mistas un 7%. ¿A quién creerle? A nadie porque las condiciones que de­terminan la tasa de cre­cimiento y el comporta­miento de otras variables económicas cambian de un mes a otro.

Vean la matriz que proyecta República Dominicana para el 2022: Mis proyecciones serían algo diferente para la Re­pública Dominicana: El crecimiento 6%. La infla­ción (6.5%), la tasa de cambio promedio de 61 pesos por dólar, el precio del petróleo (promedio) estará sobre 70 dólares el barril y el oro puede supe­rar la barrera de los 1,800 dólares la onza.

Pero nada de esto es se­guro porque en el 2022 las tasas de interés van a subir, la expansión mo­netaria llegó a su fin, la inversión y el consumo privado se reducirán y la inflación durará algunos meses antes de mostrar una tendencia a la baja. Son predicciones y nada más, pero siempre hay que darle seguimiento en el tiempo.

Nuestras prioridades pa­ra el 2022 deben ser: la transparencia y calidad del gasto, la inversión pública, las alianzas público-priva­da, las exportaciones y las reformas institucionales en carpeta. Damos por senta­do que las remesas, el turis­mo y las zonas francas con­tinuarán respondiendo. De eso dependerán los núme­ros de arriba.

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