Enfoque
El alma de los difuntos
Hace unas semanas, el hecho de que en un canal de tv catalán y hablando del clima comentaran, aunque fuera incidentalmente, algunos aspectos sobre la migración de la mariposa Monarca en el momento que empezaba a verse por aquella región mientras se afirmaba que cada temporada se veían más ejemplares y que era una especie protegida, etc, me ha motivado a escribir estas líneas con el fin de complementar el mencionado comentario con algunos elementos anecdóticos de este insecto tricolor –blanco anaranjado y negro-, y de su enigmática aunque natural migración. De todas maneras, mi observación no solamente se basa en el propio comentario sino en el hecho que la mariposa Monarca siempre la he situado en unos parajes bien distintos y tan lejanos de aquel país y, al mismo tiempo, de su hábitat natural que parecía imposible que pudiera llegar hasta aquellos espacios ya que, aun quedándose en el mismo continente, recorre alrededor de cinco mil kilómetros entre valles, ríos y montañas rocosas antes de llegar a su destino de hibernación.
Ciertamente, después de una progresiva disminución a lo largo de los años, fruto de la tala ilegal de árboles y de los pesticidas en las plantas de algodoncillo las cuales les dan vida, estos últimos dos años las colonias más importantes de la mariposa Monarca se han multiplicado por cuatro así como también el espacio al cual migraban. Este insecto tan carismático, viaja cuando llega el frío desde Canadá y el Norte de Estados Unidos hasta las montañas y los bosques de México y Michoacán, donde reagrupados por millones permanecen de ocho a nueve meses, hasta el momento de regresar y viajar de nuevo en sentido contrario. Los mazahuas, la etnia pobladora de estas tierras, cuidan y preservan los parajes con la doble intención de que la Monarca no falle nunca en su migración y también para mantenerlos para el turismo de Naturaleza que llega a la zona para contemplar in situ la mariposa en sus santuarios ubicados en las cinco Reservas Naturales declaradas Patrimonio de la Humanidad, una realidad que se ha convertido en una forma de subsistencia. Cada año, en la festividad del Día de Muertos, los mazahua creen que el alma de los difuntos viene a visitarlos en forma de mariposas Monarca y, para darles la bienvenida, organizan procesiones, en las cuales, cubiertos con vestidos diseñados de manera espectacular y fastuosa relacionados con la mariposa, caminan el trayecto que va desde la iglesia hasta el panteón. Finalmente, el mismo recorrido, en sentido contrario, se hará para despedirlas.
Otras poblaciones de mariposas Monarca que no emigran existen en diversos puntos de la geografía como Australia, América Central, islas del Caribe y el norte de Sudamerica, islas del Atlántico: Canarias, Azores, Madeira…y, también en la península Ibérica, poblaciones todas sedentarias que son las que nos visitan, probablemente por un clima que al no ser tan frío, no las obliga a desplazarse.
El autor es investigador y escritor