Provincias en calma, pero bajo estricto control militar
Provincias en calma, pero bajo estricto control militar
De acuerdo a los corresponsales del Listín Diario en las provincias fronterizas, las actividades díarias en la frontera se desarrollan con cierta normalidad, aunque la ansiedad de abastecimiento por parte de los haitianos ocasionan caos, sobre todo, en las estaciones de combustibles.
Asimismo, reportan que durante todo el fin de semana era notorio el flujo de comerciantes que buscan comprar alimentos en los mercados binacionales.
Desde Dajabón, los corresponsales Ricardo Santana y William Estévez reportaron que la situación se mantiene en calma, pero que cientos de haitianos entraron buscando alimentos, combustibles y otros bienes que escasean en su país.
Santana detalló que en las tres estaciones de carburantes existentes en Dajabón se formaron largas filas de haitianos para comprar gasolina y gasoil, mientras que miembros del Ejército, del Cuerpo Especializado de Control de Combustibles y Mercancías (Cecom) y del Cesfront controlan y vigilan el expendio de combustible a fin de mantener el orden.
Refiere que empleados de las gasolineras dicen estar agotados y tensos, debido a las largas filas de haitianos y dominicanos afectados por la situación.
Haitianos consultados por Santana indicaron que antes de la crisis, un galón de gasolina se vendía en Haití a 200 gourdes, pero que ahora hay que disponer de mil, un equivalente a 1,400 pesos dominicanos.
Otra situación que exponen los haitianos es la devaluación de su moneda el gourde ante el peso dominicano. El cambista Jean Claude, expresó que antes el gourde se cambiaba a 115 por 100 pesos y que ahora, los haitianos tienen que disponer de 137 y 47 gourdes para comprar 100 pesos.
El Sur está en calma En las provincias fronterizas del lado sur-suroeste, los correspondables Odalís Báez y Miguel Vólquez reportaron que las actividades se desenvuelven con normalidad, permitiéndose el paso de vehículos desde Anse-a-pitre- en Haití.
Solo se reporta un impasse con el alcalde de esa comunidad haitiana, Harry Bruno, quien impidió que su compatriotas cruzaran a comprar y vender en el mercado.