Análisis. Tamaño de la recuperación
El retrato de la economía lo hizo Carlos Despradel
Como ya es un comportamiento habitual de las principales autoridades del Banco Central, cualquier persona que contradiga los excesos de optimismo de las autoridades que trazan las políticas fiscales y monetarias, se encuentra de inmediato con una repuesta frontal para mantener la tesis del crecimiento bárbaro de la economía dominicana, aun en medio de la pandemia que postra al mundo.
El último “match” sobre este tema es el que confronta al expresidente Leonel Fernández con el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu.
El primero sostuvo en un discurso el martes que contrario a los números elaborados por el Banco Central, el crecimiento real de la economía este año no llega ni siquiera al 1%, mientras que el segundo sigue sosteniendo que sobrepasará el del año 2019 en 3.7% y el interanual se situará por encima de 10%.
Son temas que he venido abordando desde comienzos de año y quienes han leído mis análisis semanales deben recordar que he cuestionado esas cifras de crecimiento y he advertido de los serios peligros que se ciernen sobre el país si el dinamismo económico y comercial que se vende como una panacea para fanáticos induce al descuido de la situación real que viven los dominicanos.
El pasado 29 de julio el experimentado economista Carlos Despradel hizo publicar un análisis en el Listín Diario que tituló “Los principales retos económicos que tenemos por delante”, que es lo que se puede describir sin riesgo de exageración como un aporte selecto a la comprensión del momento que vive el país y resulta que nadie puede poner en duda su capacidad técnica y la ausencia de compromisos con políticos opositores.
Una nueva lectura de su artículo vale más que cualquier otra palabra que pueda decir yo aquí y muchísimo más que una ronda de optimismo excesivo que quienes la han elaborado para que otros lo crean, han terminado siendo los más convencidos de lo que dicen y repiten.
¿Cree alguien que un dirigente político como Leonel, que no oculta su interés en volver a ser Presidente, se va a poner a confrontar el exceso de optimismo gubernamental en materia de crecimiento económico sin disponer de datos sostenibles y observar la realidad en el terrero?
Se puede tener divergencias históricas y presentes con él, pero no se puede creer que a esta altura del juego, Leonel sea un improvisado que anda vuelto loco buscando cámaras.
El bajón del PIB nominal Es un hecho que en 2019 el valor del PIB dominicano era de 89,000 millones de dólares y que el golpe provocado por la parálisis económica como consecuencia de la pandemia del Covid-19, lo redujo a 79,000 millones de dólares. Para Leonel el crecimiento real hay que medirlo a partir de que el valor del PIB vuelva a esos niveles, porque hasta que llegue ahí es recuperación. Él dijo que estima que a ese monto se puede llegar en el año 2023, no antes.
El optimismo supra del Banco Central es tan osado que Valdez Albizu acaba de decir que al final de este año el valor del PIB será de ¡90,000 millones de dólares!
Quiere decir que en un año en pandemia el crecimiento sumará 11,000 millones de dólares a la totalidad de la producción de bienes y servicios en el país.
La pregunta que se hace cualquier alfabetizado es ¿si ese crecimiento es tan espectacular, por qué se han tomado más de 12,000 millones de dólares prestados en un país que ya tiene que dedicar 30% de sus recaudaciones para el pago de intereses de la deuda?
¿Es que las empresas y los trabajadores que han producido esa inmensa riqueza no pagan impuestos para que el Estado disponga de ingresos para afrontar los gastos de la administración pública?
La construcción al galope En el informe sobre el comportamiento de la economía en el primer semestre del año el Banco Central afirma que el ritmo de crecimiento real es de 13.3%, jalonado por el sector de la construcción.
Eso me recuerda cuando cada año –en los gobiernos de Leonel y con Valdez Albizu en el Banco Central- la economía tenía crecimientos excelentes, pero entonces jalonado por las Telecomunicaciones.
Dudo mucho que el crecimiento de las telecomunicaciones haya tenido niveles superiores a los que tiene hoy y sin embargo, ya no jalonan el crecimiento.
Con el crecimiento espectacular de la economía teniendo como punta de lanza la Construcción, la pregunta que despejaría todas las dudas sería: De los más de 200,000 millones de facilidades crediticias puestos en la banca comercial por las políticas monetarias para estimular la economía, ¿cuántos miles de millones han ido a la construcción?
¿El monto financiado a la construcción es mayor que al comercio de mercancías finales, incluyendo autos?
Así como el crecimiento de las remesas no tiene nada que ver con las políticas monetarias del país, una parte significativa de la construcción se hace con dinero de particulares que llega del exterior y no con financiamiento interno.
Remesas-endeudamiento Con ese volumen de remesas llegando al país sin que las autoridades monetarias muevan un dedo, con ese nivel de endeudamiento, cualquier “crecimiento” se enmascara en números rimbombantes pero que son un lazo al cuello por el grueso de compromisos que habrá que hacer frente en muy poco tiempo.
A quien el Banco Central nunca le contestó –que yo sepa- fue a Jacques Attali, quien en su “Informe de la Comisión Internacional para el Desarrollo Estratégico de la República Dominicana”, publicado en diciembre 2010, en su página 55, se hace eco de una afirmación categórica de la Economist Intelligence Unit: “Nuestras previsiones se basan en la metodología del PIB del BCRD, que ha sido cuestionada y puede exagerar los niveles de actividad económica”.
Para quienes se interesen, les suplico que lean o vuelvan a leer, el artículo de Carlos Despradel, que aquí les dejo enganchado, para que vean la realidad: https://listindiario.com/la-republica/2021/07/29/681602/los-principales-retos-economicos-que-tenemos-por-delante
Pongan ojos atentos a este experto que ha descrito la realidad, que está muy lejos de la ficción que está en la vitrina ensordeciendo a quienes les prestan atención pasivamente y luego salen a repetir sin medir consecuencias sociales y políticas.