Miguel José narra su cautiverio en el Palacio de Justicia

Miguel José Moya.

Miguel José Moya.

Encerrados en una celda de 27 pies de largo y 7 de ancho, sin ventilación ni ventanas, con temperaturas que ascendían a los 40 grados, donde para dormir hacían turnos y así recibir “una leve corriente de aire” que se filtraba por los barrotes de la puerta, así describió Miguel José Moya sus noches encarcelado, junto a siete involucrados en el presunto caso de corrupción develado tras la denominada “Operación Medusa”.

“Es una experiencia de confinamiento muy dramática”, dijo Moya. “Estás allí con 7 personas de personalidad distinta, carácter distinto y maneras de reaccionar a ese ambiente de manera distinta”, agregó, en una entrevista para el programa radial matutino El Sol de la Mañana, transmitido por Zol 106.5.

Mostrando optimismo, José Moya agradeció la experiencia y narra haber logrado que, uno a uno, los que le acompañaban en la celda aceptaran la realidad que estaban viviendo, incluyendo al exprocurador Rodríguez, el único con quien había tenido contacto antes.

“Que entendiera que usted está preso, y estar preso significa que debemos someternos a las limitaciones de esta situación con dignidad, aceptación y tomar lo que ofrece esta experiencia”, declaró.

Poco más de dos semanas estuvieron detenidos en la cárcel preventiva de Ciudad Nueva el exprocurador Jean Alain Rodríguez, junto a Rafael Antonio Mercedes Marte, exencargado de contabilidad, y Alfredo Alexander Solano Augusto, quien fungió de director financiero.

También estaban allí Javier Alejandro Forteza Ibarra, director de Tecnología; Jonnathan Josel Rodríguez Imbert, director administrativo; Jenny Marte Peña, encargada de proyectos, y Altagracia Guillén Calzado, subdirectora administrativa y financiera.

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