Un temblor de 4.8 rompe la quietud dominical y causa daños en el Cibao
La quietud que usualmente envuelve las mañanas de cada domingo en el país, se quebró ayer con un sismo 4.8 grados en la escala de Richter, ubicado a 8.7 kilómetros de Maimón, provincia Monseñor Nouel.
Sin embargo, en los últimos días ya se había registrado una gran sismicidad en el suelo dominicano con por lo menos 19 movimientos telúricos en solo dos días, según los datos del Centro Nacional de Sismología (CNS). El pasado sábado se identificaron 12 sacudidas y viernes otras siete en diferentes puntos del país.
El episodio más fuerte, previo al ocurrido ayer, tuvo lugar a 78.1 kilómetros de profundidad a 7.0 km al sur-suroeste de Sabana Grande de Boyá, en la provincia Monte Plata, con una magnitud de 3.4 grados en la escala de Richter.
Posteriormente, en María Trinidad Sánchez ocurrieron otros dos de intensidad 3.3 grados, cada uno, a 5.4 km al suroeste en el primer caso y a 2.0 km. al norte-noroeste de El Factor.
Pasado el mediodía, y también en la provincia María Trinidad Sánchez, sacudidas de 3.1 y 3.0 grados se registraron a 6.3 km. al sur-suroeste de El Factor y 5.9 km. al oeste de Nagua, respectivamente. Los otros siete temblores registrados el sábado por el CNS fueron de 2.9 grados en la escala de Richter o inferiores.
Por otro lado, los siete temblores del viernes no sobrepasaron la referida cifra, a excepción de uno de 3.1 grados a 105.7 km al Sur de Guayacanes; y otro de 3.0 grados a 67.4 km al sur-sureste de Mano Juan Isla Saona, ambos en el mar Caribe.
Reacciones El sismo de ayer alarmó a varios ciudadanos, y convirtió el hecho en el tema central de discusión para iniciar el domingo.
“Mi mujer tiró un grito”, exclamó Rafael Antonio Méndez, quien disfrutaba de su desayuno cuando se sucintó el movimiento telúrico.
Méndez externó que no sintió nada, y que fue por la reacción de su esposa que asumió que podría tratarse de un terremoto, para comprobarlo, según dijo, revisó inmediatamente las paginas digitales de los medios de comunicación.
Así mismo, el ciudadano que reside en la Zona Universitaria aseguró que no tiene pánico cuando acurren este tipo de movimientos telúricos, por lo que reacciona tranquilamente.
“Yo no tengo ese pánico, estor psicológicamente preparado para cualquier eventualidad de esas y tengo mucha calma”, resaltó Méndez, al tiempo que agregó que en el edificio en que reside junto a su familia poseen escaleras de emergencia para esos casos.
Una capitaleña que si se percató de la sacudida fue Arlene Ayala, que mientras revisaba sus redes sociales, sentada en el escritorio de su habitación, notó como algunos artículos comenzaron a moverse.
Ayala afirmó que “se sintió muy fuerte” en Santo Domingo Este, donde reside, pero como ya está “acostumbrada” mantuvo la calma.
La joven detalló además que en su hogar han establecido con anterioridad puntos estratégicos de reunión en caso de alguna calamidad.
“Hemos decidido en caso de ocurra una situación catastrófica, si nos perdemos o estamos trabajando, un punto de encuentro que siempre va a ser el Centro Olímpico”, externó.
Por otro lado, Ricardo Tejeda, que reside en El Cacique narró que lo sintió “clarito”.
“Primero había que identificarlo. Poco a poco me di cuenta que era temblando que estaba y dije: a mira esta temblando”, contó mientras paseaba a su perro no muy lejos de su vivienda.
Tejeda añadió que como el epicentro fue en el Cibao, llamó a varios amigos que viven en Bonao y otras provincias de la región para aseverar que estuvieran bien.
“Yo llamé para averiguar, y si, se sintió fuerte, pero estaban bien”, subrayó.
Daños
El temblor provocó también daños en carreteras y temor en la población del Cibao, donde gran parte estaba todavía en sus camas.
Pasadas las ocho de la mañana, en Santiago causó pánico y otras expresiones de consternación.
Los efectos más negativos fueron los deslizamientos de tierra producidos en la carretera de Constanza a la autopista Duarte, que paralizo el tránsito por varias horas, el día que mayor cantidad de vehículos circulan por esa importante vía montañosa.