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Leonel estimó pago del peaje sombra sería una imposibilidad

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Jonathan D’Oleo PuigSanto Domingo, RD

En noviembre de 2008 el expresidente Leonel Fer­nández argumentó en un comunicado oficial que el peaje sombra a cargo del Estado dominicano “no se­ría posible pues se espera un flujo constante de usua­rios en la vía”, conforme lo indica el estudio de tráfico” realizado por la firma Louis Berger. Esta aseveración fue articulada por Fernández para motivar la finalización de la autovía de Samaná en una carta escrita por él y di­rigida al entonces presiden­te del Senado. Sin embargo, es obvio que lo que Fernán­dez, en aquel momento, ca­talogó como una imposibi­lidad, hoy es una costosa realidad para nuestra socie­dad ya que, a la fecha, el Es­tado ha pagado sobre 500 millones de dólares por con­cepto del peaje sombra a la concesionaria colombia­na Autopista del Nordeste (ADN).

Si bien se podría argu­mentar, por un lado, que el predicamento actual no es culpa del expresidente Fer­nández pues él basó su pa­recer en el estudio de la fir­ma Louis Berger, por otro lado, es preciso ver especí­ficamente qué dice el infor­me en torno a la viabilidad financiera del proyecto. Adicionalmente habría que evaluar, a la luz de lo que revela el estudio, las políti­cas que diseñó y ejecutó el presidente Fernández para responder a las recomen­daciones que hicieron los técnicos que elaboraron el informe.

Con ese objeto, precisa­mente, el autor de estas lí­neas accedió al estudio de marras. A partir de nues­tro análisis pudimos validar que, ciertamente, los técni­cos de la firma Louis Berger afirman que el tráfico vehi­cular de la vía generaría su­ficientes recursos como para cumplir con el ingreso míni­mo que el Estado dominica­no le garantizó a la conce­sionaria ADN. Sin embargo, el estudio condiciona dicha rentabilidad al desarrollo turístico de Samaná y al de­sarrollo industrial de la zo­na de la autopista cercana a Santo Domingo. Más espe­cíficamente, el estudio con­sidera el particular como el elemento “determinante” en lo que respecta a la viabilidad financiera del proyecto.

Tomando eso en conside­ración, las políticas públicas diseñadas y aplicadas des­de el poder ejecutivo en tor­no a Samaná debieron enfo­carse en viabilizar, a como de lugar, el desarrollo turístico de las zonas más estratégicas de la provincia. ¿Qué crite­rios debieron aplicarse para la determinación de dichas zo­nas? Entre otras cosas, la faci­lidad de acceso por aire, mar y tierra; cantidad y calidad de frente de playa; vista al mar; y diversidad ecoturística.

Respecto del acceso, es evidente que las infraestruc­turas más importantes que tiene Samaná son el Aero­puerto El Catey, la Autopista del Nordeste y el Boulevard Turístico del Atlántico (BTA). La regla de oro en materia de desarrollo es darles prioridad a las áreas de mayor accesibi­lidad. Eso es, a las zonas más cercanas a las infraestructu­ras antes mencionadas. Sin embargo, el expresidente Fernández en el año 2011, antes de salir del poder, emi­tió el decreto 654-11 que de­clara vía panorámica a todo el sistema de carretera de la Autopista del Nordeste y el BTA. Dicha declaración im­plica que no se puede cons­truir a 250 metros lineales a ambos lados de estas impor­tantes carreteras.

¿Fomenta esa disposi­ción el desarrollo industrial del área de la carretera cer­cana a Santo Domingo y el desarrollo turístico de la provincia de Samaná según lo recomendado por el in­forme? No necesariamente ya que inhabilita porciones significativas de terrenos sumamente estratégicos tanto en el renglón indus­trial como el turístico. Cu­riosamente, a lo largo de la Autopista de Nordeste y del BTA se pueden apreciar a simple vista mejoras cons­truidas a mucho menos de 250 metros del menciona­do sistema vial, en franca violación del decreto. Aho­ra, resulta interesante que en lo que atañe al tramo El Catey-Cosón del BTA, Fer­nández asintiera a la emi­sión de la resolución No. 06/2011 del DPP del MI­TUR la cual en su artículo 6, numeral 10 puntualiza lo que sigue:

En el caso específico del BTA, en el tramo comprendido desde El Catey hasta Cosón, se ordena respetar el decreto 654-11 que lo declara como vía panorámica. Por tanto, no puede construirse en 250 metros lineales a ambos már­genes de la vía.

Esa restricción constituye una acción burocrática con­traproducente, draconiana y arbitraria ya que el decre­to 654-11 declara vía pano­rámica no solo al menciona­do tramo del BTA, sino que abarca, como ya menciona­mos, a toda la autovía Santo Domingo – Samaná comen­zando en la intersección de esta con la Autopista Las Américas en Santo Domin­go y terminando en el cruce El Limón en Samaná.

Para entender el gran esco­llo que constituye esto para el desarrollo de Samaná es pre­ciso tomar en consideración lo siguiente:

1. Que el tramo de carretera El Catey – Cosón a lo largo del BTA comprende un total de 14 kilómetros;

2. Que estos terrenos están a tan solo 5 minutos del Aero­puerto Internacional El Ca­tey y a una hora y media de Santo Domingo;

3. Que para sacar el área total aproximada de la can­tidad de propiedad priva­da que ha sido inhabilita­da tendríamos que calcular esos 14 kilómetros por los 500 metros que suma el to­tal del margen de los 250 metros lineales a ambos la­dos;

4. Que, hecho ese cálculo, la totalidad de terreno inhabili­tado para el desarrollo equi­vale a 7 millones de metros cuadrados; 7 millones de metros cuadrados que, dicho sea de paso, tienen más de 5 kilómetros lineales de frente de playa;

5. Que al día de hoy Samaná cuenta con solo 3,400 habi­taciones;

6. Que esa oferta habitacio­nal no ha creado el tráfico necesario para generar el in­greso mínimo que el Estado le garantizó a la concesiona­ria ADN;

7. Que en los 7 millones de metros cuadrados afectados por el decreto 654-11 en el tramo El Catey-Cosón se po­drían construir unas 3,500 habitaciones a razón de 20 habitaciones por hectárea cuadrada en complejos tu­rísticos del alto estándar y de baja densidad, ocupando un promedio de apenas 25% del suelo.

Por tanto, no cabe dudas de que el desarrollo de esta zona es determinante para el real despegue turístico de Sama­ná y el cese del sangrado del peaje sombra a favor del con­cesionario.

Dado el hecho de que es­ta área tiene más de 5 kiló­metros de frente de playa y que está ubicada en lo que es, efectivamente, la zona de mayor accesibilidad de la provincia tanto por aire co­mo por tierra, el conjunto de terrenos que comprende el tramo El Catey-Cosón es, si se quiere, el primer dominó en una importante fila de zo­nas idílicas que Samaná tiene por desarrollar. No obstante, el expresidente Fernández, cuando tenía el poder en sus manos, de un plumazo, con el decreto 654-11 y la resolu­ción 01/2011, artículo 6, nu­meral 10 del DPP del MITUR, le puso freno a lo que hoy día fuese, sin lugar a dudas, un gran caso de éxito de desa­rrollo turístico sostenible; de un desarrollo turístico que, según el mismo Fernández puntualizó, pudo haber evita­do que el erario pagara cien­tos de millones por concepto del peaje sombra.

La buena noticia es que esto se puede revertir, no por vía de una demanda a la conce­sionaria pues ella ha cumpli­do con lo que en el contrato de concesión está estableci­do. La eliminación del peaje sombra debe resolverse, en cambio, quitando los esco­llos burocráticos al desarro­llo turístico de la zona. Y eso lo puede quitar el presiden­te Luis Abinader, así como el expresidente Leonel Fernán­dez los puso. De un plumazo. Con bolígrafo y papel, eso es.

El autor es economista.

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