Abinader le pide a Dios y la Virgen el poder de rectificar
El presidente Luis Abinader pidió ayer a Dios y la Virgen de la Altagracia que si se equivoca pueda rectificar, ya que “ yo creo que esa es una de las actitudes que no solo debe tener un gobernante sino también que debe tener un país”.
Abinader habló durante una misa oficiada en la capilla San Rafael del Palacio Nacional con motivo del Día de la Virgen de la Altagracia, donde también pidió a Dios y a la Virgen que le ayuden a seguir trabajando para que el país pueda tener la vacuna contra el coronavirus lo antes posible.
El mandatario se definió como católico devoto y lamentó que debido a la pandemia el día de ayer no se pudiera celebrar como de costumbre, señalando que era la primera vez en 50 años que no hay actividad en la basílica de Higüey, lo que refleja la difícil situación en la que está el país.
“Gracias por aceptar estar con nosotros en esta capilla del Palacio Nacional. Desde el año 2011, Raquel y yo teníamos la costumbre de ir a la Basílica y nunca faltamos ni un año todos los 21 de enero”, dijo.
Abinader invitó a los dominicanos a continuar siendo un pueblo amable y expresivo, solidario pero sin dejar de cuidarse ante el coronavirus.
Los obispos
Ayer también se pronunciaron el obispo de la diócesis de La Altagracia, monseñor Jesús Castro Marte, y el arzobispo de Santiago, monseñor Freddy Bretón, quienes criticaron la corrupción en el país.
Castro Marte ser refirió además a la falta de unidad y el afán egoísta del poder, al implorar a la Virgen de la Altagracia para cambiar esa realidad y encaminarnos por los valores, la unidad, la justicia y la coherencia. “Apoyemos la decisión valiente de las nuevas autoridades que se han pronunciado contra la corrupción, contra esa lacra que está destruyendo la sociedad de la República Dominicana”, expresó al leer la homilía.
SEPA MÁS
Bate con tres pesas.
“A mí me parecía que yo vine a gobernar como si estuviese en la caja de bateo, y antes de ir a batear, el bate tiene tres pesas”, reflexionó el presidente Abinader al referirse a las crisis económica, sanitaria y moral en la que encontró el país al asumir el poder el pasado 16 de agosto.